Como Una Piedra

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     Siempre fui un tipo sociable y buena gente. Al menos eso en mi etapa escolar. Ya cuando entré a la universidad me obsesioné un poco con mi carrera. Había logrado entrar a medicina, en la mejor casa de estudios de mi país. En un principio el estudiar día y noche me parecía entretenido; leer y leer libros me divertía muchísimo. Pero, pasaron unos años y esto me pasó la cuenta. El estrés y la angustia por ser el mejor de mi clase me tenía transformado en un ser solitario. Tenía dos amigos los cuales siempre me reprochaban el tiempo que le dedicaba al estudio. Ahora me doy cuenta que tenían razón.

    Desde que entré a la universidad, empecé a experimentar trastornos en el sueño, los cuales no les daba importancia. Siempre pensé que preocuparme por ello me haría perder tiempo en lograr mi anhelada meta. Empecé con insomnio y sonambulismo. Luego las pesadillas; en mi afán de ser el mejor, siempre soñaba con Max, un intelectualoide que me fastidiaba siempre... Me quería ver fracasar. En las pesadillas veía como este inútil arruinaba mi vida y se burlaba de mí en mi cara, pisoteando todo mi esfuerzo. Lo peor vino después: A medida que pasaba el tiempo, la situación se ponía peor, la relación con él empeoraba y mi estrés aumentaba a tal punto que comencé a padecer parálisis del sueño. Despertaba en las noches sin poder moverme. Escuchaba la risa de Max burlándose de mí. Sentía como se paraba encima de mi pecho, pisoteando todo lo que he logrado. La desesperación de no poder hacer nada me tenía mal, y cada vez era peor. Podía sentir el temor en mi cuerpo.

    Lo pude aguantar muchos años, pero hubo un momento en que no soporté más: Estábamos a unos meses de terminar el último semestre de la carrera, debíamos presentar un ensayo de 150 hojas, obviamente hice 300 para destacar sobre el resto a pesar de que me tomó un mes y medio hacerlo. A dos semana de la entrega, fui a imprimirlo, o al menos eso quise; Cuando iba camino a la sala de computación, Max aprovechó de hurtar mi bolso donde guardaba la información. Perdí todo el trabajo que había hecho, todas las horas. Tuve que intentar rehacer todo. ¡Todo lo que había escrito en más de un mes! Horas y horas sin dormir. Ahora tendría que hacerlo en una semana. Pero no pude... Las pocas horas que tenía para dormir, dos o tres quizá, no podía. Me despertaba y veía como Max se mofaba en mi cara, pero era una risa más enferma que las anteriores. Los días pasaban y la falta de sueño me afectaba, sabía perfectamente que no dormir me afectaría psicológicamente. Noche que pasaba, era peor. Cada vez era más real. Cada vez era más desesperante. Solo pude estar una semana así. Pero, pensé que quitando a Max de mi camino, podría aprovechar la otra semana para terminar el ensayo, así que eso hice. Sabía que él se quedaba hasta tarde en la facultad, así que esperé a que se fueran todos para entrar allí. El guardia en un principio no me dejaba entrar por mi aspecto, me decía que parecía un "loco". Lo convencí y me dejó entrar. Busqué a Max por todos lados hasta encontrarlo. "¡Hola! ¿No deberías estar terminando algo? Jajaja", dijo. Me acerqué lentamente hacia él y abrí mi bolso, saqué un cuchillo y me abalancé sobre él. "!Déjame tranquilo de una maldita vez!", le gritaba, mientras las puñaladas formaban un pequeño mar de sangre. Me reí. Me reí muchísimo. Sentía como mi ser se liberaba de este peso. Por fin había acabado con Max y lo celebraba bañándome en su sangre. Volví a mi habitación a dormir. Cuando por fin creí haber conciliado el sueño, me desperté. Era Max. "¿Creíste que te dejaría en paz? Ja-ja-ja". Lo repetía una y otra vez. No podía hacer nada. Pensé que sería solo una noche, pero no. Esa risa... esa risa endemoniada, ya no la soportaba más. En mi última noche, me tomé un frasco lleno de pastillas para dormir. Quería que mi cuerpo pudiese sentir de nuevo lo que era conciliar el sueño. Quería deshacerme de Max... para siempre.

Historias Cortas de: Terror, Misterio y Suspenso Vol.1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora