Mi Crush y Yo.

Mi Crush y Yo [1]

Narra Clarice.

Mis mejores amigos y yo por fin habíamos entrado a la preparatoria. Las primeras horas de clases transcurrieron normal. Fui conociendo a uno que otro compañero y la verdad es que todos me agradaron. A excepción de una chica con su grupito de amigas. Mis amigos y yo no coincidimos en todas las clases, en unas sí y en otras no.

He revisado mi horario y después del receso tengo gimnasia. Pero mi pregunta es, ¿si haremos gimnasia o solo nos darán una plática de como se supone que la profesora o profesor trabajará? Es decir, aún no tengo el uniforme. Mamá olvido comprármelo. Si, así es, a esta edad sigo siendo un poco distraída y mi madre es así.

Estoy en clase de historia ahora, el profesor no para de hablar de algo qué pasó hace más de 200 años. Pero tendré que soportarlo, es decir, apenas comienza el año escolar. Además, resulta un tanto interesante la historia, en universal.

—Señorita Aileen Mars Johnson, señorita Aileen Mars Johnson, es necesario que asista a dirección —al parecer, decía el director.

Que incómodo, primer día de clases y yo ya teniendo que ir a dirección.

—Eh... —me puse de pie—. Soy yo ¿puedo ir a ver qué ocurre?

Todas las miradas en mi, súper incómodo. Miro a todos lados y empiezo a sentir el calor subir por mis mejillas. ¿Podría pasar algo peor?

—Ufff —decía un muchacho con la mirada clavada en mi soltando risitas sin dejar de sonreír y mirarme de arriba abajo. Odio que hagan eso, de ahora en adelante seré monja.

—Puede retirarse —dijo el profesor.

—Gracias. Con permiso —dicho esto último, salgo de aquel salón. ¿Qué rayos ocurrirá?

Llego a la oficina del director... Ende parece ser su apellido, y toco la puerta, la abro y asomo mi cabeza.

—¿Puedo pasar? —asiente.

Ya adentro, observó bien el salón, pintado de dos tonos de color beige con aquellos muebles no muy viejos pero tampoco muy nuevos. Me encanta la decoración: plantas, cuadros, sofás muy lindos y muchos más tipos de decoración. Y también veo a mi madre sentada en una silla.

—Hola Aileen, toma asiento —me sonríe el director. Creo que tiene unos 26 años. Tiene una muy bonita sonrisa.

Mi pregunta aquí es, si tiene al rededor de esa edad, ¿por qué decidió trabajar aquí, de director? Eso es para las personas más grandes, con todo respeto. Es la primera vez que veo algo así.

—Prefiero que me digan Clarice —hago una pausa—. Gracias —le devuelvo la sonrisa.

—Hola madre —me saluda de beso en la mejilla.

—Clarice, usted no tiene problemas, es solo que su madre a venido a entregarle algo.

—Lo siento hija —sonríe nerviosa—. Te traje tu uniforme de gimnasia. Lamento no habértelo podido comprar antes. Es solo que simplemente no me dio tiempo y lo sabes. Y también siento tener que traértelo, sé que es bobo.

—No te preocupes mamá. Gracias.

—Bueno, ahora tengo que irme. Nos vemos director. Fue un gusto.