Mi Crush y Yo.

Mi Crush y Yo [23]

Narra Jackson.

—Bien, ¿quieres que te repita lo que haremos más o menos de nuevo? ¿o ya los memorizaste? —me dijo una vez más Clar.

—No, ya, ya entendí. 1 semana, una cabaña cerca de la playa, saldremos en la tarde y si queremos en la noche, podremos ir a restaurantes o cocinaremos ahí, estará la familia de tu tía, no habrá suficientes habitaciones, y creo que ya... —enumere con mis dedos.

—Y que no hay televisión ni internet allá, no solemos usar mucha tecnología.

—Excelente —frote mis manos y reímos.

Días después.

Entregamos nuestros trabajos al profesor de historia-nuestros resúmenes-y tuvimos un cinco. ¿Por qué? Porque resulta que el profesor nos miro y se reservó el regaño para cuando estuviéramos "a solas", nos mando con el director y nos calificó con esos cinco.

—¿Ya estás lista?

Estoy en su casa y esperando a la familia para irnos a la casa de campo.

—Ya estoy lista —bajo y se ve radiante, deslumbrante, hermosa—. Ya vámonos —dicho eso todos subimos a la camioneta.

Sus padres prefirieron ir en auto a avión. Ellos nos dijeron que su mamá tiene un pánico a los aviones desde la última vez que se subió a uno, que si no me equivoco, fue de regreso de su partida de vacaciones. Hubo vientos fuertes.

...

—¡Llegamos familia! —aviso el señor Abraham. Todos festejamos.

Bajamos del vehículo y ayudo a sacar las maletas junto con Clar mientras sus padres saludan a los dueños de la casa.

—¡Clarice, mi niña! ¡Cuánto has crecido! —se acercó la señora y apretó sus mejillas, ya, rosadas.

—Hola tía —dijo algo incomoda—, lo sé —rió nerviosa mientras saludaba a el resto de la familia—. Bueno, él es Jackson, es un amigo mío que conocí en el colegio hace ya un tiempo.

Fui saludando a toda su familia: tía, tío, primo, primo y prima; o sea si, tiene 3 primos de parte de aquella señora.

—¿Y por qué lo invitaste? —habló uno de sus primos—. Es decir, nunca habías invitado a alguien que no fuera Kayla.

—Pues, porque...

—¡Entremos de una vez! —intervino su madre y se acercó a Clar susurrándole unas cosas.

Entramos y la casa estaba más hermosa que por fuera, muebles de madera, paredes y sofás blancos, todo muy hermoso.

—¿Te gusta? —me pregunto la prima de Clarice.

—Es muy hermoso —sonreí.

—Como tú —dijo aquella muchacha tocándome con uno de sus dedos y pasando su lengua por sus labios. Tomo su dedo, lo alejo y me acerco a Clar.

—¿Tu prima es una seductora? —pregunté riendo.

—Siempre que ve a un chico lindo se le acerca, pero esta vez, no la culpo —dijo mordiéndose el labio inferior viéndose demasiado sexy.