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Paso como más de media hora en el baño, me doy una ducha bien larga, me pongo el pijama y me lavo los dientes. Al salir me encuentro a H sentado en mi cama mirando cosas en su móvil.

Al oír la puerta eleva la vista y al verme se levanta al instante.

-¿Cómo estás?- me pregunta agarrándome de los brazos. Me quedo callada, mirando sus oscuros ojos.

¿Por qué este chico tiene tantos misterios? Y lo más importante, ¿por qué me atraen tanto esos misterios?

Abro la boca para decir algo pero es una estupidez, así que me callo.

-¿Quieres vomitar?- me pregunta con voz suave, niego con la cabeza y él moja sus labios, sus preciosos labios.

Carrie ya, para esas malditas hormonas.

-Estoy bien.- digo intentando parecer segura de lo que estoy diciendo.

-Bien.- dicho esto me suelta y camina hacia la puerta que da fuera de mi habitación.

-¿Te marchas?- pregunto frunciendo el ceño dando un paso hacia delante. No quiero que se marche.

-No hago nada aquí, duerme bien.- dice con un tono bastante frío, como si en realidad lo que quiere es no verme, no le importo nada. Absolutamente nada.-¿No irás a llorar, no?- pregunta elevando una ceja, apunto de reírse de mí.

-Por supuesto que no.- digo cruzándome de brazos.

Mierda, ¿por qué sus palabras me hacen daño?

-Lo parecía,- dice en una carcajada- adiós.

Dicho esto sale de mi habitación, me quedo mirando la puerta cerrada esperando a que se vuelta a abrir y él aparezca con esa preciosa sonrisa diciendo que era una broma. Mi esperanza se va cuando escucho la puerta principal cerrarse de un portazo.

-Adiós.- susurro aún mirando a la puerta.

-¡Preciosa, asómate!- al momento de escuchar su voz me asomo a la ventana.-Buenas noches, nena.- dicho esto hace su típico gesto marinero y se marcha.

Dios mío.

No lo entiendo, no puede ser más bipolar. Primero se preocupa por mí, me acompaña a casa en un gesto precioso, pero después es frío y distante, y ahora es encantador.

¡Me tiene desesperada!

Pero no entiendo porque me importa tanto, si no siento absolutamente nada por él. O eso creo...

Suspiro agotada y me tumbo en mi cara, apago la luz y cierro los ojos lentamente quedándome dormida.

{***}

Maldigo mi idiotez al darme cuenta de que ayer no cerré la ventana, el frío me recorre  todo el cuerpo y el sonido de los coches y la gente caminando me despierta.

Me despierta de muy mal humor.

-Me cago en la puta mierda, joder.- digo tiritando, me deshago de la fina manta que me envuelve y, rápidamente, cierro la ventana.

El coche de mi padre no está, se habrá ido a comprar.

Bostezo lentamente mientras mis pies se enfrían con el contacto del suelo, cojo mis gordos calcetines y me los pongo sintiéndome un poco calentita. Dormir satisfecha y me dirijo hacia el baño, allí me miro al espejo y de doy cuenta de que mis ojos están rojos y unas pequeñas ojeras se están formando bajo ellos.

-¿Pero qué?- hago una mueca de asco y me miro más detenidamente.

Si he dormido genial, o eso creo.

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2016 ⏰

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La hija del director [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora