Good Morning.

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3 meses después.

Ahora todo era distinto, era una nueva mañana en el departamento de los 12 chicos.         Estos meses no han sido para nada sencillos, tanto SoonYoung como JeongHan seguían teniendo pesadillas con esa noche...

Y con respecto a Jun, el CEO se enteró de su escape del viaje, obviamente se enfadó... Pero no pasó a mayores. Por fortuna.

Pero a pesar de todo, hay algo que no ha cambiado desde ese fatídico día... SoonYoung no ha dejado de amar a MingHao, aún así este en ese hospital psiquiátrico, él intenta visitarlo muchas veces, incluso... Se ha quedado dormido con él en más de una ocación.

Ahora era un nuevo día, era un día importante para SoonYoung y para MingHao. Su mesiversario.

—Buenos días, mi príncipe.— Esas palabras junto a un cálido beso en la mejilla del joven internado, fueron el despertar más hermoso que le haya dado alguien. SoonYoung sabía como hacer sentir a MingHao el chico más amado del universo.

Y MingHao hacía igual.

—Buenos días, mi estrellita. — En definitiva, cada día el amor entre ellos crecía inmensamente, y los hacía felices.

La mañana para ambos enamorados pasaba entre una infinidad de besos y palabras llenas de dulzura, sin duda SoonYoung extrañaba a Ming a su lado, pero así su amor se fortalecía, era un amor tan fuerte que nadie lo destruiría, ni mucho menos... Esta vez las cosas estaban saliendo tal y como las soñó SoonYoung.

—Perdóneme, Hyung... — Los labios de MingHao soltaron esas palabras, casi como un suspiro lleno de melancolía. Ahora ya eran las 8 pm. Tanto MingHao como SoonYoung estaban tendidos en la cama, observándose, memorizando cada facción del otro.

El mayor no respondió con palabras a las que su novio le dijo, encontró una mejor forma de calmarlo y hacerle saber de que todo estaba bien ahora.

Un beso. Un cálido y lento beso.

Eso hacía entender a Ming que SoonYoung lo amaba como loco. Y que él lo volvía loco.

—Duerme amor... Mañana será un nuevo día. — anunció SoonYoung, mientras mantenía la cercanía de sus rostros, sin duda MingHao era el chico más hermoso que había conocido.

—Usted... ¿Podría que--

—Claro que me quedaré Ming...— Le interrumpió, era casi una rutina.

Y así pasaron su día especial, quizás no era lo que muchas parejas querrían, pero era perfecto para MingHao y para SoonYoung.

Porque se tenían entre ellos, para amarse y cuidarse, y así por mucho tiempo más.

O eso esperaban.

ATTE: MATTCHUNJI.

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