—Esto es simplemente delicioso— me deleitaba masticando una rica hamburguesa.
—La comida te hace feliz— trataba de burlarse, pero no lo conseguiría —Con tal de que no ensucies mi auto seré feliz de hacerte feliz— de juguetón a amenazador en menos de un minuto.
La mejor solución había sido salir de ese lugar que me tenía enferma, la estaba pasando bien hasta que se me ocurrió enviar a Chester por algo de tomar, ahí comencé a encontrarme con gente indeseable y con otros que me hacían disgustar. La escapada nos había hecho bien a los dos, el semblante de mi acompañante era más sereno que el de hace solo unos minutos.
—Yo que pensaba regar mi bebida por todo el lugar— puse los ojos en blanco, si no había notado la ironía en mi voz ¿Qué hacía siendo profesor?
—Siempre tan dulce— ahora el irónico era él.
Estábamos teniendo de esas conversaciones sin sentido que tienes con tus amigos solo para sentir que están uno al lado del otro, entre nosotros solo ocurría eso cuando algo incomodaba a Chester O'Connell y lo mejor en esos casos era que él quisiera hablar primero.
—¿Qué prefieres el servicio en auto, o entrar a pedir la comida?— sorbí un poco de líquido de mi vaso.
Chester lanzó una carcajada, sabía que intentaba que no quedáramos en silencio, no sería cómodo.
—Pedir por autoservicio, es rápido, mantengo mi privacidad y salgo directo a un lugar que me mantenga tranquilo— se encogió de hombros como si yo pudiera pensar que había algo mal con él.
—Para mí también fue incómodo aunque no sé porque— le sonreí.
—Se comportó muy raro, verlo tan... — hizo una dramática pausa —...abierto a una mujer fue algo incómodo— miró al frente perdiéndose en el recuerdo.
—Solo quiere una noche de placer, fue demasiado obvio— trate de que no se comiera el cerebro pensando en algo que no es del otro mundo, era un hombre, por desgracia actuaban así, al menos la mayoría que conocía, por lo que me preguntaba si debía cambiar de amigos.
No hubo respuesta, nos dedicamos a terminar de comer para dirigirnos una vez más hacia la ruidosa fraternidad.
Conseguimos hablar de cualquier banalidad regresando así de buen humor a la fiesta.
Entramos de nuevo tomados de la mano, bueno, era más como que él solo me arrastraba a todos lados, no sabía que estaba buscando, yo solo lo seguía mientras me reía.
—¿Qué es tan gracioso?— se paró un momento a mirarme.
—Es que parece que buscaras un lugar para hacer algo más que hablar conmigo— calmaba mi risa mientras pronunciaba las palabras en su oído, pero una que otra carcajada salió de mi en el proceso.
Él también comenzó a reír y asintió, continuó buscando algo, parece que lo halló cuando comenzó a caminar hacia Emma, ella nos miraba pícaramente ¿acaso parecía que nos habíamos acostado? Porque ella solo me miraba así cuando creía que había hecho algo "sucio" con un chico.
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Touch
RomanceSolo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia... Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.