Inhalar, exhalar, derramar una lágrima, esas se habían convertido en mis tres básicas acciones en los últimos minutos, mi cara estaba completamente escondida en el pecho del abogado de mi madre, llorar había sido el único consuelo o forma de desahogo que había encontrado, el silencio, además de los brazos de Liam, me rodeaba. Todos se habían quedado en un completo enmudecimiento, parecía que todos habían perdido la capacidad de hablar y por extraño que pareciera, en ese momento necesitaba ruido a mi alrededor, necesitaba dejar de sentirme observada, intimidada... frágil.
—Amelie— la suave voz de mi madre me llamaba —Am, princesa necesitamos hablar— alguien tocó mi hombro logrando que saliera de la delgada burbuja que Liam había implantado a mi alrededor, sabía que era mamá, nadie más me tocaba como si estuviera a punto de romperme, aunque de eso no tenía que preocuparse en ese momento, yo ya estaba rota.
—Creo que es mejor que me la lleve— sugirió Liam apartándome del toque de otra persona.
—Si, es buena idea— Richard estuvo de acuerdo, al parecer era alguien que además de ser engañada no tenía ni voz, ni voto.
—No, no lo es— decidí hablar —Quiero la versión completa, en la que soy tratada como un maldito adulto— me di media vuelta y empuje al abogado alejándolo de mi, no funcionó muy bien mi acción, porque igual lo tuve rodeándome otra vez en unos cuantos segundos.
—Yo puedo contarte la verdad...— interrumpí al indeseable ser que me había arruinado toda una tarde de sueño.
—Por favor ahórreme el tener que escuchar su desagradable voz, al fin y al cabo usted quería que yo muriera antes de nacer— quería golpearla.
Richard, alguien que me conocía muy bien y que no se dejaba perturbar durante los momentos de tensión, entendió la mirada en mis ojos, llamó a los guardias y les dijo un par de palabras antes de que ellos se dirigieran a la maliciosa mujer para retirarla de mi vista.
Obviamente ella no podía salir con algo de dignidad, luchó contra ellos, quería quedarse y contarle su versión de los hechos a su "adorada hija". Una vez que la mujer estuvo afuera, mi tío miró al juez.
—Supongo que se cancela la sesión, Ronald— le ofreció una sonrisa de medio lado.
—Igual ya sabías el veredicto, Richard, les recomiendo retirar la demanda y conversar en su casa, con una buena taza de té en cada mano, diría café, pero el té relaja más— el hombre se paró de su asiento y recogió todos los papeles, imitaron su gesto el resto de los presentes que no formaban parte directa del problema.
Lauren Lewis, mi madre, se acercó a mí, estiró sus brazos ofreciéndome un abrazo, no iba a desperdiciarlo, llevaba años soñando con sus brazos rodeándome, protegiéndome, cuidándome, simplemente dándome el amor que siempre me había dado y que me había sido arrebatado.
Liam me dejó alejarme y fundirme en los brazos de la mujer que me había criado, que se había encargado de que siguiera viva cada vez que la fiebre parecía no querer bajar, la que se había encargado de que comiera mi desayuno por completo cada mañana antes de ir a la escuela, la que no importaba la hora que era, siempre tenia un abrazo y un beso listo para mí. Incluso, era ella la que ponía las reglas. Era raro, pero extrañaba las reglas de mi mamá.
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Touch
Storie d'amoreSolo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia... Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.