Capítulo 25: "Promesa"

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Corría y corría, parecía huyendo de algo o alguien, mi corazón estaba acelerado, lo sentía golpear mi pecho tan duro que dolía

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Corría y corría, parecía huyendo de algo o alguien, mi corazón estaba acelerado, lo sentía golpear mi pecho tan duro que dolía. La silueta de mi padre apareció a unos metros de mí y corrí hacia él, más rápido y con más ganas, una nueva fuerza me renovaba.

Lo tenía frente a mí, sonriendo, me lancé a sus brazos y hundí mi cabeza en su pecho absorbiendo ese familiar olor de especias, me rodeó con sus brazos y sentí que debía dejar de correr, que estaba a salvo y que no debía temer más. Él tomó mi rostro entre sus manos y besó mi frente, me miró unos instantes antes de que una sonrisa partiera su cara en dos.

"Nada es lo que parece, princesa" fueron sus palabras para mí.

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La alarma del celular me despertó de un maravilloso sueño donde solo éramos mi papá y yo, quise lanzarlo por la ventana y continuar durmiendo, luego recordé el examen que tenía con el profesor Bloom y consideré que era mejor asistir, me puse en marcha para comenzar el día.

"Nada es lo que parece, princesa" las palabras de mi padre chocaban con fuerza en mi mente, respondía las preguntas de manera automática, como si mi cerebro pudiera dividirse en dos, sentía como mi mano se movía, pero no sabía por qué lo hacía. Habían pasado años desde la última vez que soñé con mi papá y por algún motivo cada palabra que decía en el sueño tenía un efecto en la realidad, algo no era lo que parecía, pero ¿qué?

—Hey, ¿Qué te roba el sueño? No me digas que es lo que pasó la otra noche con ese troglodita— unos ojos azules me miraban con preocupación.

—Hey— le sonreí —No, no es él, es que tuve un sueño muy raro, eso es todo— le sonreí de nuevo y me lleve una papa frita a la boca.

—¿Qué sueño?— tomó un trago de una cerveza fría en sus manos, vaya que a los hombres les gusta beber desde temprano.

—Mi papá, él murió hace unos años— apretó mi mano —Ya no duele tanto— traté de no preocuparlo sin mentirle —Él apareció después de que estuve corriendo asustada y me dijo "No todo es lo que parece, princesa" ¿Qué rayos significa eso?— una nueva papa invadió mi boca, estaban deliciosas o yo tenía hambre.

—Pues lo de princesa supongo que es porque eras su "princesa"— rodé los ojos, eso ya lo sabía, pero me hizo reír con sus comillas imaginarias y el gesto que acompañó su rostro —Y lo otro, no sé, este mundo está tan podrido que nunca estás seguro de que lo que te dicen es cierto— tomó una de mis papas.

—Pudiste ser consejero, ¿seguro que no quieres ser psicólogo?— el rubio me sonrió, así es, Ned tenía la más hermosa sonrisa que había visto, si Emma pudiera leer mis pensamientos me estaría degollando en este momento.

—No, los números y yo nos llevamos muy bien— extraño, parecía que el resto del mundo difería de aquel punto de vista.

Habló más conmigo, me contó sus avances con Em y como esa mujer movía su mundo, de alguna manera eso me daba celos, no debería y lo sabía, debía estar feliz por mi amiga, pero saber que a mí, de alguna manera, me habían privado de aquella felicidad me dolía, y mucho.

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