Solo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia...
Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.
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El lugar estaba lleno de personas, pero pude ver a Dawson desde lejos, supuse que una vez más cenaríamos con él.
Liam continuó ignorándome y caminando delante de mí hasta que llegó frente a Dawson, que el día de hoy no estaba solo y si llevaba su anillo de bodas, la mujer junto a él me pareció muy linda y con una sonrisa de felicidad que le envidiaba, quise borrar de su rostro y estado de ánimo porque yo en ese momento solo quería irme y no ver a mi acompañante por semanas si era posible.
—¡Leonor!— exclamó Liam como saludo antes de besar la mejilla de la mujer.
—¡Liam!— ella le respondió el saludo con un abrazo, parecían buenos amigos.
Incómodo momento en mi existencia, no sabía con quién iba a cenar y sin contar que aun seguía detrás de Liam, él por alguna razón que desconozco seguía... ¿ignorándome?
—Mi tierna Amelie— sentí unos brazos rodeándome y la confusión me atrapó.
Giré un poco mi cabeza para ver a la persona tras de mí, su cabeza estaba un poco más abajo que la mía porque yo tenía tacones, pero ese pelo es inconfundible.
—Chester—me gire para poder devolverle el abrazo, por lo menos alguien no me iba a ignorar.
—Te ves muy bien— susurró en mi oído.
—Pero no me siento bien. Me dejaste ayer abandonada y eso desató una cadena de eventos desafortunados— lo abrace aún más, quería ser salvada, aunque conociendo a Liam Graham no me dejaría las cosas tan fáciles, no era su estilo.
—Sí, lo siento, algo de fuerza mayor me obligo a irme— se alejó un poco de mí y me miró a los ojos mientras tenía una gran sonrisa que llegaba hasta sus ojos —Ya soy tío y no quería perderme el momento en que mi futuro ahijado llegaba al mundo—me abrazó una vez más, besó mi mejilla y se dispuso a prestarle atención al resto.
Chester era tío y padrino, ese niño iba a aprender a conquistar antes de caminar. Y en ese momento era una luz en mi oscura noche.
—Espero que no te pase lo mismo el viernes— le dije, luego me pare junto a él aun sin mirar a los otros.
—No, tranquila, Lauren me vera para que una arruga más le salga, sabes que me ama— la ironía al mencionar a mi madre se escuchaba a kilómetros.
—No más que yo, eso es seguro— le sonreí y por fin mire al frente.
Eso me trajo de vuelta a la realidad, no estábamos solos y los tres pares de ojos estaban sobre nosotros, Liam lucía más enojado que antes, Dawson nos sonreía como si acabara de descubrir algo que cambiaría el mundo y la mujer tenía una mirada picara.
—Leonor, ella es Amelie Lewis, Amelie, esta es Leonor Lane— nos presentó Liam con un tono extraño de voz.
