Capítulo 28:"Solo me pasa a mí"

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—Es raro hablar sola ¿Lo sabías?— mire detenidamente a la persona parada frente a mi puerta, verla dos veces en el mismo día era un gran problema, si me la encontraba en una tienda de ropa, lo entendería, pero que estuviera parada frente a la puer...

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—Es raro hablar sola ¿Lo sabías?— mire detenidamente a la persona parada frente a mi puerta, verla dos veces en el mismo día era un gran problema, si me la encontraba en una tienda de ropa, lo entendería, pero que estuviera parada frente a la puerta de donde vivía era algo que simplemente me volvía loca.

¿Qué estaba pagando?

—Diana— suspiré por un largo momento, seguro fue más de un suspiro, estaba exhausta de enfrentar gente —Tienes que estar bromeando ¿Tan mala persona soy?— apoyé mi frente contra el marco de la puerta ¿Dónde estaba Liam cuando lo necesitaba para alejarme de las personas?

—No, solo quería hablar con alguien— vi como cambiaba su peso de un tacón al otro.

—¿Y de todas las personas en el mundo justamente yo?— la mire sin creérmelo del todo —Yo no soy la mejor persona para hablar, no somos amigas, apenas y me conoces, además tienes un prometido que puede apoyarte— sobé mi frente, ni siquiera mi mamá entendería la situación tan bizarra en que me encontraba.

—Por eso mismo, no me juzgaras, y has mencionado uno de los problemas que tengo mi supuesto "prometido"— hizo comillas imaginarias con una de sus manos, pero ella se equivocaba, probablemente sí la juzgaría, era mi competencia o algo así —Solo escúchame, por favor— estaba suplicándome y eso me asustaba —Traje champagne porque lo voy a necesitar— su boca se torció hacia abajo.

Tenía que ir al cielo después de lo que iba a hacer, ofrecerle minutos de mi valioso tiempo a una mujer que estaba relacionada con el idiota que enfrentaría en la corte. Abrí la puerta del cuarto y la deje entrar, se sentó en la cama de Emma y abrió la botella de licor, por la facilidad con la que lo hizo no era la primera vez que quitaba la tapa. Me senté de piernas cruzadas en mi cama, la miré detenidamente mientras la miraba tomar directo del recipiente, nada femenino, me caía un poco mejor.

—Habla—ordené reteniendo una carcajada porque el líquido se desbordaba por su boca.

—He pretendido ser otra persona desde que tengo uso de razón— tomó otro sorbo —Nacer en una maldita familia donde la perfección lo es todo da asco— miraba la botella con tristeza, creo que se habían hecho buenas amigas.

>>Mi familia ha hecho acuerdos con otras familias poderosas para que el hijo dorado y yo fingiéramos tener una bonita relación, les da cierto estatus a ambas familias. El último afortunado, el solicitado y respetado Liam Graham— mis ojos se abrieron como platos, eso no me lo esperaba, puse mayor atención a su relato —Ni él ni yo lo queríamos, pero queremos ser buenos hijos y hacer feliz a nuestros padres. ¿Sabes qué Liam me despreciaba? Él creía que yo solo era una cabeza hueca, le daba asco hasta estar en una misma habitación que yo— eso no parecía la última vez que los vi.

>>Solo cuando me dio cinco minutos de su tiempo comprendió que yo también lo odiaba a él— sonrió como loca desquiciada —Ahora somos amigos o eso supongo, vamos a eventos importantes juntos, pero el resto de su tiempo es solo suyo, ni una llamada, nada, la última fiesta a la que fuimos juntos fue cuando te trate como una porquería y lo siento, mierda, lo siento. Me disculpas ¿No es cierto? Dime que me perdonas— bebía más alcohol, se emborrachaba muy fácil y me asustaba, ¿Qué haría yo si ella llegaba al punto de no recordar dónde vivía?

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