Mi muñeca dolía demasiado, me estaba arrastrando a algún lado, podía sentir su enojo a través de la presión que le hacía a mi mano.
Yo ni siquiera quería que pasara algo con Herb, menos que arruinara mi humor y mucho menos que mi asesor de trabajo me descubriera en una situación tan incómoda.
—¿A dónde me lleva?— estaba cansada de ser arrastrada sin rumbo aparente.
—Llegamos— me empujó dentro de una habitación, para mi sorpresa había un escritorio, era una oficina, la oficina de Chester o al menos eso indicaba la etiqueta sobre el escritorio.
Me limité a quedarme parada frente a él, esperaba que él comenzara su discurso. Su mirada tenía tanta rabia que en este momento podría estar muerta a no ser que su expresión me era indiferente, no era la primera vez que alguien me miraba así, digamos que las miradas de mi madre me daban más miedo y dolían más.
—No permitas que vuelva a tocarte— estoy segura que fue una orden.
—¿Disculpe?— nadie me daba órdenes, mamá dejó de intentarlo cuando cumplí 18 y simplemente nadie llegaba a ganarse mi respeto como para hacerle caso así fuera de una sugerencia.
—Fue denigrante verla en esas condiciones, no sabe todo lo que se le puede pasar a la gente por la mente al verla así, y si lo sabe hay algo que se llama instinto de conservación el cual parece no tener— me miró esperando una respuesta, no sabía exactamente qué debía decir sin darle explicaciones, las palabras se me habían ido —Dígame señorita Lewis ¿Quiere usted ser periodista?— prosiguió ante mi falta de palabras.
—Por supuesto que quiero— era una pregunta ridícula, ¿por qué estudiaría comunicación si no quisiera ser periodista?
—Pues le aviso que si quiere ser exitosa en ello no debe tener escándalos previos a su contratación, a nadie le gustaría tener como empleada a una persona con escándalos sexuales, quitaría credibilidad a su trabajo y compromiso— golpe bajo, no había pensado en esas posibles consecuencias, no sería nada grato no poder mantenerme y volver con mi madre dándole la razón, aunque creía que a ella no le importaría en lo absoluto lo que pasara conmigo.
—No se repetirá— era el máximo compromiso que podía hacer, él no era de mi confianza, y de alguna forma estaba intentando tener la última palabra, aunque era consciente de que estaba fallando en el intento.
—Eso espero, que no la toqué de nuevo— pareció una advertencia —Puede retirarse— me dio la espalda dando por terminada la charla.
Caminé a hacia la puerta atravesándola sin mirar atrás, no sabía qué decir o pensar, acababa de montar un espectáculo que pudo acabar con mi carrera y yo no era consciente, ni siquiera sabía que esa posibilidad existía, a punto de destruir mi futuro y junto con él, mi dignidad y mi orgullo, casi le doy la razón a mi madre, casi... Tenía que agradecerle a Liam Graham por esto, gracias a él podría continuar con mi vida tal y como me gusta, tendré que tratarlo mejor, supongo.
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Touch
Storie d'amoreSolo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia... Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.