Solo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia...
Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Respira profundo, no va a pasar nada, él no tiene ninguna autoridad sobre ti, solo es un hombre más en el mundo, sí, un hombre más con el cual me he besado y deseado tenerlo más cerca, maldita mi suerte y la hora que a Chester O'Connell se le ocurrió darnos nota por ir a una conferencia, si hubiera sabido que cosas como esta pasarían me hubiera ido con Emma desde un principio a la fiesta... la fiesta donde conocí a alguien que no sé ni cómo luce, ni como se llama, ¿podría tener peor suerte? Lo dudo.
—Entra— su orden salió directa, severa e intimidante, mantenía la puerta del auto abierta esperando que mi cuerpo reaccionara, pero siendo sincera, yo no quería que reaccionara.
—¿Sabes? Creo que me quedaré un rato más y convenceré a alguien para que me lleve, no quiero incomodar— di media vuelta y camine para volver a entrar al lugar. Mi cuerpo temblaba y esa no era buena señal.
—No lo repetiré de nuevo, entra— no fue un grito, pero sí un tono de voz muy potente.
Lo ignore, él estaba demasiado irritado y yo podría ser su víctima, básicamente corrí al interior del lugar, me confundí entre la gente lo más rápido que pude, no podía dejar que me arrastra a su auto, me atemorizaba solo pensar él y yo en un auto, solos, el enojado, yo asustada, no, no era buena idea.
—Michael, no me importa con quien estés, tú me llevarás a casa— hale la mano del deportista.
—Preciosa, lo que tú quieras— extendió sus brazos demostrando que estaba a mi disposición.
Agradecí haberle dado clases en nuestro primer semestre de universidad, el chico era inteligente, solo que no tenía tiempo para asistir a sus clases, debía mantener su beca y yo lo ayudé. Gracias buenas notas en la secundaria, gracias a poner atención en clase y sobre todo gracias a que necesitaba dinero en ese entonces, conseguí un amigo leal y que ahora me sacaría de un apuro.
—¿Y por qué no te vas con Jason, Em o incluso O'Connell?— preguntó mientras conducía su camioneta con destino a la residencia.
—Chica, novio y no tengo la menor idea— dije las razones según el orden de las personas.
—Si salieras conmigo jamás te pasaría eso, yo te cuidaría, pero por alguna razón no quieres ir de fiesta conmigo— hizo un puchero demasiado tierno.
No es que no quisiera ir con él, es que mis sábados eran tomados por Emma y sus ideas.
—¿Qué tal el próximo sábado? Tú y yo, en una fiesta, tú serás el responsable— debía darle una oportunidad, cuatro años siendo amigos lo ameritaba.
—Por fin ha llegado mi hora y solo tuve que esperar... — hizo una rápida cuenta mental —Nueve semestres— rio mientras manejaba.
Mike me contó cosas que hacían en su equipo, era el capitán y debía hacer iniciación, los pobres novatos con tal de ser aceptados, se ponían en completo ridículo, unos se vestían de mujeres, otros invitaban a salir a otros hombres, incluso salían desnudos por el campus, los inicios de semestre los hacían épicos. Según me decía que iban a hacer algo grandes, los profesores eran el objetivo, dijo que sabría más cuando lo viera.