Capítulo 27: "Tengo que"

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Escuché a Herbert quejarse y decir que "no parara tan de repente" o algo así, no lo escuchaba, mi vista estaba clavada en la pelirroja que sonreía muy feliz mientras revisaba las diferentes prendas del lugar

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Escuché a Herbert quejarse y decir que "no parara tan de repente" o algo así, no lo escuchaba, mi vista estaba clavada en la pelirroja que sonreía muy feliz mientras revisaba las diferentes prendas del lugar. Algo se removió dentro de mi estomago y casi vomito, el mundo era un pañuelo y lo confirme al encontrarme con la prometida de Liam Graham.

A veces me preguntaba si había hecho algo muy malo en mi anterior vida y estaba pagándola en esta, o tal vez solo era que el karma me estaba mordiendo el trasero luego de haberle quebrado los jarrones favoritos de mamá a la edad de siete años, no sabía con exactitud, pero definitivamente debía ser algo cuestionable para cosas así me pasaran.

Sacudí mi cabeza y giré sobre mis talones, no iba a irme porque ella estuviera allí también, pero iba a ignorar a la perra, yo había entrado en el lugar con un objetivo y no me iba a ir sin conseguirlo.

—¿Qué es lo que viste?— miré a Herbert sobre mi hombro con un poco de susto, él no pudo haberlo notado, yo no había sido tan obvia ¿o sí?

—¿A qué te refieres?— seguí caminando de lo más normal.

—Al regalo de Danielle ¿a qué más?— pasó la mano por su pelo que ya estaba algo largo.

—No, a nada— le sonreí para calmarlo, y me detuve ante los hermosos pares de zapatos de tacón negro, Danielle brillaría en ellos, sabe como lucir bien sin esforzarse mucho.

Miré la referencia y busqué en la pila de cajas en la parte de abajo del estante, luego busque la talla correcta, datos que Herbert se había tomado el tiempo de investigar para dar un regalo perfecto, tomé la caja del número exacto, estaban destinados a ser suyos, los puse sobre el pecho de Herbt escuchando una queja cuando hizo impacto en su pecho, me burle un poco y le señale la caja, era hora de pagar.

—Eso dolió, casi te quedas viuda— sostenía los zapatos en una mano mientras se sobaba la parte herida con la otra.

—Por lo menos tendría herencia— bromeé con él —Tenemos que hablar de nosotros— hablé con seriedad, debía arreglar todo el asunto, tendría que estar sola para así no lastimar a nadie, ni siquiera a mí misma, era lo correcto, por lo menos podríamos ser amigos, nuestra relación funcionaba bien así.

—Eso sonó a que no me va a gustarme— frunció sus cejas mientras le entregaba los zapatos a la cajera.

—No me gusta a mí, créeme— suspiré, odiaba tener que hacerlo, él me hacía bien y me divertía, pero las consecuencias las sufrían otros, al menos por el momento era la mejor opción, necesitaba arreglar mi vida, llegar a una temporal paz y tranquilidad al menos.

—Amelie Lewis ¿No es cierto?— di media vuelta confundida, yo no conocía esa voz.

La prometida de Liam estaba ahí parada sonriéndome como si nunca me hubiera hecho nada, era una perra hipócrita tal para cual, esos dos eran almas gemelas, como decían por ahí: "Dios los crea y ellos se juntan".

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