¡Debí haber sido yo!

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Blaze's Pov:

Sencillamente en blanco.
      —Errr... ¿Por qué lo preguntas? —traté de ganar tiempo mientras pensaba en una respuesta coherente.
      —¿Por qué no contestas? —me animó a contarle la verdad con un movimiento de la mano.
      Me quedé en silencio unos segundos, tratando de pensar en algo.
      —¿Y bien?-preguntó con tono impaciente y cruzando los brazos, tamborileando los dedos de la mano izquierda también-. ¿De qué hablaron afuera?
      —Él quería... —empecé. Yo era una mentirosa experta con extraños y hasta con amigos. Los años me habían enseñado a mentir, pero mentirle a él... parecía fácil. Sin embargo, sentía un impulso a decirle toda la verdad, como me sucedía con mis padres. Pero, si lo hacía, los restos de Shadow acabarían siendo hallados la mañana siguiente—. Si podía ayudarles su pequeño problema con Sonic otra vez.
      Me miró incrédulo. Luego miró a Shadow de la misma manera. Ahora que lo pienso, creo que no se había esperado eso.
      No obstante, en esos momentos no sabía si se lo había creído o no.
      —¿Y... qué respondiste?—dirigiéndose hacia mí, esta vez para tratar de probarme. Podía notarlo por su tono de voz.
      —Que no estaba segura, porque siempre veo a Sonic bien —solté rápido. No sé porqué.
Él asintió desinteresadamente y desvió la mirada hacia la pantalla en la que sus amigos jugaban videojuegos. Sonic iba ganando.
      Me levanté de inmediato. Cogí mi mochila y me fui lo más rápido posible. Luego de cerrar la puerta de mi habitación y echarme en la cama, puede al fin descansar en paz. Sólo quería que todo parara por un sencillo momento. Me sentía culpable, pero a la vez no. Era confuso, sabía que le había hecho un favor a Shadow, y se lo merecía luego de aquel rechazo nivel Dios, pero a costa de qué...
      Llamaron a mi puerta suavemente. Me levanté con pesar y abrí la puerta.
      Como era de esperar, era Silver.
      —¿Qué sucede ahora? —le pregunté con tono monótono, cruzando los brazos.
      —Debemos ir a comprar los disfraces, ¿recuerdas? —me informó él, animadamente.
      Suspiré con rendición y cerré otra vez la puerta de mi habitación. Odiaba esa sensación de incomodidad cuando estaba con él, aunque él no lo sintiera.

Silver's Pov:

—¿Te gusta este? —pregunté frotando con mis dedos la tela del disfraz—. Creo que es lindo.
      —Sí, como digas —estaba muy cortante conmigo por alguna razón. Eso no significaba nada bueno para mí.
      Salimos de la tienda sin más. Le cogí la mano y busqué su mirada. Ni siquiera me miró. No sabía qué le pasaba. Nunca había pasado eso antes. Y considerando que sólo teníamos un mes y medio de conocernos...
      Tuve miedo, entonces. Sentí que ella se estaba arrepintiendo de aquello. Yo la quería, pero, quizás, era demasiado poco tiempo. Tomándolo de modo objetivo, tenía razón. Quizás... eso sólo era una ilusión. Me dolió el pecho de inmediato. No podía permitirme terminar de aquella manera. Sólo quería que ella volviera hablarme como lo hacía antes...
      «¡Qué fatalista eres!» me regañó mi subconsciente.
      Ella avanzó por delante mío hasta la entrada de otra tienda. Se detuvo y me miró impaciente. Cuando comencé a avanzar hacia ella, sentí una mano en mi hombro.
      Volteé a ver quién era. Era Sonic.
      —Hola, Silver —me saludó como si no tuviera un pequeño gran trastorno emocional.
      —Hola —le sonreí por cortesía. Detrás de él, estaba Sally mirándonos despectivamente.
      —¿Tienen una idea de los disfraces que quieren? Nosotros queremos ser piratas.
      —No. Nosotros todavía no... —no me dejaron terminar.
      —¡GENIAL! Entremos a ver si es que tienen lo que buscan —comenzó a empujarme hacia el interior de la tienda mientras hablaban.
      —¿Q-Qué suc...? —traté de preguntarle. Blaze y Sally caminaron junto con nosotros, pero ellas estaban muy separadas una de la otra. Aún no habían podido superar su problema, al parecer.
      Vimos algunos disfraces, y me fijé en porqué estaba tan raro: no quería estar con Sally, como siempre luego de haber conocido a Amy. Nunca he entendido qué le veía de especial.
      —De acuerdo. Está decidido, compraré ese —soltó "El Divo" Sonic, de repente, al ver un disfraz de pirata muy bien adornado y con mucho brillo.
      —Sin que pudiera decirle nada, lo sacó del perchero y lo puso en la canasta que había sacado de la sensual nada, porque no lo había visto antes con aquella cosa roja en el brazo.
      —¡SUÉLTALO! —escuchamos chillar a Sally tras el estante detrás nuestro.
      Escuchamos mucho forcejeo mientras nos acercábamos a ellas. No podíamos creer porqué se peleaban: Un brillo labial. Un estúpido, pero bonito brillo labial.
      Sonic me miró dubitativo. Si no deteníamos la pelea, podrían botarnos del lugar y Sonic no podría comprar el disfraz que quería, pero si lo hacíamos, terminaríamos cortados en rebanadas.
      Sonic retrocedió unos pasos de donde estaba. Supe, entonces, que no haría nada. Tomé aire, lo retuve y corrí a entre ponerme entre ellas.
      —¡NO, SILVER, HERMANO! —le escuché gritar épicamente detrás mío—. ¡NO TE MERECÍAS TAL DESTINO! ¡DEBÍ HABER SIDO YO!
      «¿Quién es el fatalista ahora?» le repliqué al muy sabiondo mientras corría.
      Blaze se paraba de puntillas y lo levantaba en el aire para que Sally no pudiera tomarlo. Ambas se miraban con un odio brutal. Sabía que era una locura hacer lo que estaba a punto de hacer, pero no tenía opción.
      Cerré los ojos. Lo tomé de su pequeña y fina mano y corrí con toda la velocidad que podía. Mientras lo hacía, vi el precio: $20.50, y eso que sin los impuestos.
      Me apresuré a sacar de mi billetera un billete de $50. Era lo único que podía hacer.
      —¡TENGA! —le grité a la cajera, lanzándole el pequeño envase con el dinero enrollado como sea dentro de la tapa. Ella, como si estuviéramos en una película y todo hubiera sido planeado, lo agarró el aire, lo escaneó y se apresuró a realizar los trámites correspondientes.
      —Gracias por venir y... ¡CORRE! —incluso se dio el tiempo de ponerlo en una bolsita y engrapar el papel en un asa de esta.
      Abrí la puerta y me dispuse a salir. Un rayo azul interrumpió mi pasada. Sonic me habías alcanzado de inmediato, con una bolsa igual que la mía, pero más grande. Corrimos juntos como si nos estuviéramos quemando. Él parecía disfrutarlo, mientras que yo me limitaba a correr. Las chicas nos seguían a velocidades nivel Sonic.
      Recé para salir vivo del centro comercial, y sin ninguna herida grave.
      Lo esperaba de corazón.

Love School: Aprendiendo a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora