Capítulo 23

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Entretanto, Julián ya se ha recuperado del inicial estado de shock y tiene que controlarse mucho para no hacer o decirle a Silvia algo de lo que se pueda arrepentir después. Ha llamado a su chica como unas cincuenta veces pero en todas le ha atendido el dichoso contestador. Va a ir derechito a casa de Yas.

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-¡Uf Menos mal que has llegado ya! Te juro que si hubieses tardado un minuto más, creo que me hubiese subido a la lámpara- dice Alejandro a Elisa cuando la recibe. Esta contiene la risa, a pesar del comentario del joven, porque sabe que no es momento para bromas. Sin un rumbo prefijado, salen a la calle y, mientras caminan, ella se entera de cuál ha sido el motivo que ha provocado semejante caos.

*****

Por su parte, el novio de Yasmina, después de ver que no había nadie en la casa y andar un poco, se encuentra con la pareja que también está buscando a la señorita Blanco. Ambos se saludan con educación y dicen a quien quieren encontrar, sin dar más explicaciones de su particular problema con la chica. Tras unos cuantos minutos, por fin la hallan sentada en un banco. Ella tarda en procesar unos segundos el cuadro que tiene delante .A continuación, abre muchísimo los ojos y dice:

-No sé para qué os habéis molestado en buscarme si sabíais que no querría veros. Y Eli, ¿se puede saber qué haces con estos dos?

-Ale me llamó, quería que le ayudase y a Julián nos lo encontramos por el camino. Escúchalos, por favor, al menos. Déjales que se expliquen y luego ya tomas la decisión.

-Ay, claro, se me olvidaba que si don Perfecto, te pide auxilio, tú lo dejas todo porque estás coladita por él. Pues déjame que te diga que tu querido es un maldito mentiroso . En seguida se da cuenta de lo que ha proclamado a los cuatros vientos. Por eso, se tapa la boca con las manos y mira a su amiga con cara de "te juro que no quería, perdóname".

A Elisa se le acaba de desmoronar su plan de acercarse a su amado poco a poco. Su amiga se lo ha chafado. Correría llorando si la situación no fuese tan tensa. Eso sí, no puede mirar a Alejandro a la cara.

El estudiante de Lenguas Clásicas se ha quedado a cuadros. No esperaba que su día pudiese ir a peor. ¡Qué perra es la vida! La chica de la que está enamorado no le corresponde y él no siente lo mismo por la que sí que lo quiere. Ojalá Yasmina acceda a hablar con él, después le espera una conversación con Eli.

-Está bien, me iré a hablar cinco minutos con cada uno. Me teneis que dar unos argumentos convincentes para que os perdone porque estoy muy dolida –. Mira al chico de cuya identidad duda y señala otro banco que está a unos metros –. Anda, vamos.


Un ángel ilumina su vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora