Alejandro vuelve a casa tras un duro día. Al final, logró concentrarse. Los estudios son lo primero, no puede evitar perderse las clases solo por pensar en una chica que no le corresponde. Tampoco le vale que, para sus ojos, ella sea la más linda del mundo.
Atraviesa el hall y llega al salón donde se encuentra con su amada. Esta le saluda con un efusivo "¡Hola!" y le sonríe.
-Buenas, me alegra ver que estás mejor que esta mañana- Duda un instante y, finalmente, se decide a confesar aquello que está pensando -Me quedé preocupado por ti.
-Vaya, muchas gracias. Veo que empiezas a ejercer rápido de hermanastro. ¿Tú cómo estás?
-Agobiadísimo. Tengo un montón que estudiar.
-Deberías relajarte un poco. Te propongo algo ¿Por qué no estudias después de tomarte una hamburguesa conmigo y mi mejor amiga?
Aquello sí que no se lo esperaba. Quizá Dios se haya apiadado de él y esto sea un regalo divino que le ha enviado. Intenta aceptar sin que se le note que está muy ilusionado.
-Me parece una buena idea. Gracias por invitarme. La verdad es que necesitaba un descanso.
No le importa lo más mínimo que vaya otra chica. Para él, lo único relevante es que va a pasar la tarde con la chica de la que está profundamente enamorado. ¿Qué más da que tenga novio? Él, su humilde hermanastro, es el privilegiado que disfrutará de ella en un par de horas.
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Un ángel ilumina su vida
RomanceElla es la hija adolescente de un multimillonario y él, un Licenciado en Medicina. Aparentemente, no tienen nada en común, sin embargo, vivirán una historia de amor sin límites.