CAPÍTULO 1

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-¡No te vayas Henri!- Gritaba Amèlie mientras corría tratando de alcanzar el tren donde yo iba y que se alejaba cada vez más. Allí estaba ella, intentando alcanzar el tren. Yo deseaba verla lo más que pudiera, pero ella paró y fue la última vez que la vi.

Amèlie es mi mejor amiga, la conozco desde que tengo memoria.

Nuestros padres no estaban de acuerdo con nuestra amistad, decían que pobres y ricos no debían estar juntos. Pero yo no entendía el por qué de ese pensamiento tan retrógrado.

¿Qué importa si Amèlie era de familia humilde? ¿Eso en qué me enriquece o en qué me empobrece?

Nosotros nos criamos en Montpellier, ciudad ubicada al Sur de Francia.

Compartíamos el Colegio, porque el alcalde decía que Francia era un país libre y que no había cabida para el clasicismo y eso mismo pensaba yo.

En el colegio conocí a Amèlie. Desde que recuerdo todo lo hacíamos juntos, nos escapábamos para vernos porque tanto sus padres como los míos pensaban que no teníamos nada en común.

Éramos muy felices en nuestro mundo.

Amèlie y yo fuimos creciendo, éramos adolescentes, siempre inseparables; Amèlie es como la hermana que nunca tuve. Mi amiga, mi confidente.

Un día, cuando se acercaba el cumpleaños número 15 de Amèlie, mi papá me dio una noticia que nos dejaría helados a todos.

- ¡Nos vamos a Inglaterra! He conseguido un ascenso y van a enviarme a dirigir la sucursal de Londres.- dijo muy emocionado.

Todos estábamos sorprendidos, mi hno mayor Patrick rehusaba irse porque no quería separarse de su novia y sus amigos; mamá era muy sumisa y acompañaría a mi padre a donde fuera, ella sí estaba muy feliz. Y yo, sólo pensaba en Amèlie.

¿Qué haría yo sin Amèlie? ¿Qué haría Amèlie sin mi?

VIDAS CRUZADAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora