CAPÍTULO 7

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¡Dios mío que no se haya ido! No lo veo por ninguna parte... ¡Dios mío no puede ser!

Corrí por todo el lugar, lo recorrí un par de veces para llegar a la conclusión de que él ya no estaba.

-Disculpe por favor el tren hacia Londres ya partió?-pregunté a la encargada, temiendo que se hubiese ido con sus padres.

- Sí, hace pocos minutos, el próximo sale en 2hrs. -¿Desea reservar lugar para el próximo viaje?- preguntó.

-No, gracias. - respondí mientras me alejaba.

¿Cómo pudo irse sin mí? Debió esperarme... el verdadero amor espera. No se rinde, él sabía que yo iba a venir.

Me senté en una silla, y mire a lo lejos. Todos nuestros sueños habían sido truncados.

Él no sabía lo que había pasado. No sabía por lo que tuve que pasar.

La tarde anterior, cuando regresé a casa después de mi encuentro con Patrick, papá encontró algo que yo mantenía oculto y que iba a revelar a su debido tiempo.

-¿Esto qué significa?- gritó mi padre recibiéndome con una bofetada.

- ¿Cómo pudiste Paulette? ¿Qué valores te enseñamos en casa? ¿El padre es Patrick Archambault?- preguntó mi madre.

Yo no pronunciaba palabra. Habían encontrado la prueba de embarazo que celosamente había guardado para revelarla a Patrick una vez hubiésemos llegado a España.

-¡Contesta!- gritó mi madre.

- No vamos a permitir que dañes tu futuro, sea hijo de un buen heredero o no, es dañar tu futuro. Debes abortar.- dijo mi padre.

- ¡Eso jamás! ¡Es producto de mi amor por Pat! Es hijo del hombre que amo.- Grité con enojo.

-Vamos a ver quien se sale con la suya- dijo mi padre mientras se alejaba.

Traté de huir, pero los empleados de casa estaban muy al pendiente de mis acciones.

Estuve encerrada en mi habitación un par de horas. Pensaba que mi padre al final había cambiado de opinión e iba a dar aviso a los Archambault sobre todos estos acontecimientos. Quizá eso mejoraría las cosas.

Mientras esperaba vi que abría la puerta de mi habitación.

-Adelante doctor- dijo mi madre.

-¿Doctor? ¿Qué van a hacer? ¡no le harán daño a mi bebé!- grité.

Corrí al baño, pero papá fue mucho más rápido que yo. Me agarró mientras el doctor me inyectaba un líquido frío que me adormecía. Lo último que vi fue la imagen de mi madre llorando y sus labios diciendo: "perdónanos hija"

Horas después desperté adolorida y escuché voces y murmullos.

-¿Va a estar bien?- preguntó mamá.

-Sí, el feto sólo tenía 2 semanas. Mañana estará recuperada.- respondió el asesino de mi hijo.

Empecé a llorar amargamente, pensaba en Patrick, y en nuestro bebé, me lo habían arrancado y privado de vivir una vida plena y feliz.

Con más razón debía marcharme de esta casa.

¡Cómo quería que amaneciera, para refugiarme en los brazos consoladores de mi gran amor y enfrentar juntos esta pérdida.

Al día siguiente como pude me reincorporé, pero no podía sostenerme en pie, aún estaba medicada.

La noche anterior no pude empacar, tampoco podía hacerlo, no tenía fuerzas . Si no podía con mi propio cuerpo, ¿cómo iba a hacer para cargar maletas?

Tome un pequeño bolso de viaje y guardé lo esencial. Pero estaba la casa fuertemente custodiada para evitar mi huída.

Pasaban las horas y las horas y yo no hallaba cómo salir. Hasta que...

-Niña, mi niña.- dijo Nanette, mi Nanita que me había cuidado toda la vida.

Ella sí era mi verdadera Madre. Estaba destrozada. Tocaba mi barriguita vacía y lloraba sin cesar.

-Ya no hay nada allí Nanita. Me lo quitaron- me privaron de la felicidad de verlo crecer.

Ambas lloramos y nos abrazamos hasta ya no tener lágrimas.

-Mi niña te voy a ayudar a salir de aquí. Debes irte lejos.- susurró, pues tenía miedo que papá, mamá o alguien más la escuchara.

-Sí, nanita. Yo me voy de aquí. Ayúdame.- supliqué.

Nanita ya venía preparada, fuimos escurridizas y con la ayuda de Dios pudimos salir sin que me vieran.

-Adiós mi niña. Sé feliz.- me dijo mientras me daba un abrazo.

Yo lloraba, le decía que se viniera conmigo. Pero ella no aceptó por que razonaba que sería lo mejor.

Corrí y me dirigí a la estación y no estabas amor. Si supieras lo que pasó...

-¿Ahora qué hago? ¿Me iré lejos de aquí?, ¡Sí!, tengo dinero suficiente para desaparecer- dije así misma.

Si no te hubieras ido Patrick... Si te hubieses quedado.

VIDAS CRUZADAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora