-Amor, mi Hno me acaba de llamar para darme una noticia espectacular.- dije.
-¿Sí, cuál?- exclamó Paulette muy curiosa.
-Nos vamos este fin de semana para Montpellier, mi Hno se ha comprometido y quiere presentarnos a su novia. Voy a aprovechar para presentarte a ti también mi amor.- dije con mucho entusiasmo.
Paulette se quedó callada por unos segundos, no sé en qué pensaba.
-¿Montpellier?- preguntó.
-Exacto, es el lugar donde crecí. Papá y mamá compraron una casa hace poco para recordar viejos tiempos. Es el momento exacto para presentarte a mi familia completa. - dije.
La verdad notaba a Paulette muy nerviosa.
-Está bien, bueno estamos hablando para acordar lo del viaje. Nos vemos luego- dijo y se despidió con un beso.
Cuando Paulette se fue comencé a meditar en lo que significaba volver allá.
¿Y si esta vez encontrara a Amèlie?
¡Pero y eso que tiene que ver con Paulette...! Amèlie es mi mejor amiga. Estará feliz al saber que me voy a casar; esa es la idea principal de este viaje con Paulette, pedirle matrimonio en presencia de mi familia.
Días más tarde
Montpellier, Francia.Llegando a casa de mis padres pasé por la antigua estación de tren.
Vino a mi mente ese día en que Paulette y yo nos habíamos prometido un futuro juntos.
¿Qué habrá pasado con Paulette? ¿Vivirá en la ciudad? ¿Se habrá casado? ¿Tendrá hijos?
Una vez pisé tierra Francesa no pude sacar de mi mente ese amor frustrado de mis años pasados. Mi primer amor. Mi Paulette.
Dejé a Amèlie en la habitacion, la había invitado a dar un paseo. Pero ella quiso quedarse en la Suite, había estado muy extraña desde hace un par de horas. Quizá no le guste el lugar o simplemente estará nerviosa por el encuentro con mis padres.
Empecé a caminar por lugares comunes y recordé todos esos momentos con Paulette. Iba sonriendo en las calles, recordando, y cada centímetro me traía bellos recuerdos.
Fui a un lugar especial, la cabaña donde ambos perdimos la virginidad, esa cabaña que antes era un bello lugar ahora parecía un desierto olvidado.
Allí pasé horas recordando y no paraba de recordar. Hasta ciertos sentimientos de anhelo volvieron a mí.
En el Hotel...
Mientras me encontraba en la soledad de esa habitación de hotel empecé a sentir un anhelo por ir al lugar secreto, mi lugar secreto con Henri.
Tomé las llaves del auto y me dirijí allí. No esperaba ver a Henri, pero por lo menos quería ver el estado en el que estaba uno de los lugares más significativos de mi vida.
Por muchos años intente recrear en mis obras ese sitio; pero no podía hacerlo sin Henri. Es que ya no recordaba el rostro de Henri. ¿Si lo viera lo reconocería?
Al fin llegué... Ahí está. Parece que el tiempo también logró su cometido en este sitio... aún sigue siendo hermoso.
Recuerdo cuando Henri y yo nos escapábamos de nuestros problemas y nos refugiábamos aquí. Uno de esos días trajimos todo tipo de cobijas y almohadas, pero empezó a llover y desde ese día ideamos una tienda de camping para evitar que se estropeara todo lo que adentro había.
Muchas cosas pasaron en esa cueva, era nuestro lugar secreto.
Casa de los Archambault...
-¡Hijo que felicidad me da verte!- dijo mi padre
-Mamá, Papá. Yo también estoy feliz de verlos, como andan de Luna de miel continua ya ni se dejan ver, jaja. Bueno, quisiera aprovechar para presentarles a alguien muy importante en mi vida. Ella es Paulette, mi novia.- dije.
- Es muy hermosa tu novia Henri. Mucho gusto Paulette. - dijo mi madre- Bienvenida a mi hogar y a mi familia.
Paulette lucía nerviosa. Sonrío timidamente, saludó a mis padres, dijo que su comportamiento tan tímido era por el cansancio del viaje y pidió retirarse a su habitación.
Pero había algo más y yo lo iba a averiguar...
-¿Paulette qué sucede?- pregunté.
- No pasa nada amor. Me siento un poco cansada por el viaje es todo- dijo.
- Es que apenas viste a mis padres pareció como si vieras un par de fantasmas.- concluí.
- Me Parece que estoy muy nerviosa por agradarles, ¡eso es!- aseguró.
-Vamos a dar un paseo amor, ¿sí?, para que despejes un poco la mente. - pregunté.
-Prefiero quedarme a descansar, ve tú por favor. - dijo. -¿Tu hermano y su prometida vienen pronto? ¿Se van a quedar aquí también? ¿Y cuando se casan?- preguntó.
-No lo sé. - respondí extrañado ante ese repentino interés que había manifestado hacia mi Hno y su prometida.
-Bueno, ve a tomar aire fresco yo descansaré un poco, ya verás que estaré más activa luego- dijo.
Me retiré realmente extrañado y curioso. Pero no ha de ser nada importante, me imagino que también estará preocupada por caerle bien a mi Hermano Patrick.
-¡Vaya! ¿Hace cuánto no veo a Patrick?- pregunté así mismo.
Luego de manera insistente llegaron a mi mente pensamientos sobre Amèlie, estuve sentado a la entrada de la casa pensando en ella y en la última vez que la vi, luego recordé ese lugar y tuve muchas ganas de ir a verlo...
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VIDAS CRUZADAS©
Roman d'amour¿Pueden realmente un hombre y una mujer ser sólo amigos? ¿Puede realmente el amor verdadero sobrevivir a la distancia y el tiempo?