CAPÍTULO 18

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El día de la boda...

(Música Nupcial)

Patrick me había escogido como su padrino de Boda. Estaba a su lado queriendo estar en su lugar. Cuando escuché el sonido que avecinaba la entrada de la novia me puse tan nervioso como si fuera yo quien se casaba.

En mi hermano noté más que una alegría , una profunda tristeza.

-¿Hermano estás bien? - pregunté.

-Sí Henri, estoy muy bien. Sólo un poco nervioso. Pero bien. - dijo manifestando una sonrisa un poco finjida.

Algo pasaba aquí. ¿Será que mi hermano no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo? ¡Dios mío como quisiera que se retractara!

¡Oh ahí viene! No lo puedo creer, que hermosa está Amèlie. Ella siempre ha sido bendecida por su belleza, pero hoy estaba especialmente deslumbrante.

Noté en su mirada la misma tristeza que abundaba en mi corazón, y era obvio, se iba a casar con mi hermano y no conmigo. Mi hermano perfectamente podía hacerla feliz, pero ella no lo amaba, y es muy difícil ser realmente feliz cuando tu corazón le pertenece a alguien diferente a tu futura pareja.

¡Oh Amèlie mi sueño echo realidad, verte llegar al altar tan hermosa.!

Y yo estaba al lado del altar pero no en el lugar que debía estar.

Ella llegó al altar, mi hermano la besó en la mejilla.

-¡No puedo soportar esto! Ver a mi gran amor casarse con otro.- dije así mismo.

¡Amèlie si tan sólo dieras marcha atrás me iría contigo al fin del mundo!

...

-Estamos aquí reunidos para celebrar la Unión de esta hermosa pareja: Amèlie y Patrick. -dijo el juez.

El juez procedió con su discurso, continuamente Patrick me miraba como diciendo: "Detén esto Paulette", pero yo no me atrevería nunca a hacer algo así.

Poco faltaba para que ambos rompiéramos en llanto. Y no era para menos. Él se casaba con otra que no era yo, y yo estaba viendo en primera fila ese acto.

-Bueno, habiendo finalizado con los votos matrimoniales, llegamos a la pregunta: ¿Amèlie aceptas a Patrick para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la felicidad y en la tristeza, por todos los días de tu vida?- preguntó el Juez.

Ella miró a Henri, y realmente yo no sabía que pasaba aquí... Todos estábamos a la expectativa... Se demoró un rato en responder pero...

-Sí, acepto.- contestó sepultando mis esperanzas.

- Muy bien, ahora procedo a preguntar:  ¿Patrick, aceptas a Amèlie

para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la felicidad y en la tristeza, por todos los días de tu vida?- preguntó el Juez.

Patrick volteó a verme, quizá por última vez.

Tomó la mano de Amèlie y la besó en la mejilla iba a responder cuando...

-Hermano para un momento, debemos hablar.- dijo Henri llevándose a Patrick fuera del salón.

Amèlie estaba muy nerviosa, intentó detener a Henri, pero al final los dejó ir.

VIDAS CRUZADAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora