Pecado Original © (terminada, En Edición) [Hermanastros]

Capítulo 10: Recuerdos Dolorosos.

Al llegar a casa, Peter y yo permanecimos un momento en el coche.

-Me gustas Cris.

-Y tu a mi. Pero vamos despacio ¿Sí?

El asintió y se acercó a mi.

Lentamente besó mis labios, con dulzura.

La imagen de Adam besándome volvió a mi y me alejé de inmediato.

El sonrió débilmente y se marchó.

Ese día tuve mi primer clase de salsa, junto a Anna.
Fué maravilloso. No sólo me divertía y me volvía más cercana a mi vieja amiga, sino que también quemaba calorías bailando.

Anna me llevó a casa y al estacionar el coche vimos a Adam entrar a la casa.

-El es jodidamente guapo Cris ¿Cómo haces para tenerlo cerca y no querer comértelo?

Reí ante sus palabras. Ella me daba confianza, Aún así, no estaba lista para contarle a alguien lo que sucedía con el.

-Es difícil, créeme.

-¿Y qué pasa con Peter? Hoy te comía con los ojos en el almuerzo. Esta claro que le gustas mucho. Me pregunto si Ryan lo sabe.

-Ryan no tiene ningún derecho aquí, el ya no es mi novio. Y Peter es muy agradable, somos amigos y me gusta pasar tiempo con el, sólo quiero ir despacio.

Ella asintió, me despidió y se marchó a casa.

Entré rápido a la casa y me dirigí a las escaleras. Estaba sudada y mi cabello hecho un lío. No quería que Adam me vea así.
Pero para mi tortura, al llegar a mi habitación, el salía de la suya.

Esperé algún comentario de su parte, pero nada. El sólo me miró y bajó las escaleras, sin dirigirme la palabra. Claramente estaba molesto porque Peter me había traído a casa.

Idiota.
Ahora estaba molesta también.

Luego de ducharme me puse a leer un libro, hasta que unos gritos provenientes del living, me advirtieron que algo sucedía.

Adam y James discutían, y sin que me vean, me quedé a un costado de la puerta para escuchar la conversación.

-Por tu culpa ella se quitó la vida, tu no la cuidabas.

-Hijo, hice todo lo que pude. Ella estaba mal, su enfermedad era terminal y simplemente bajó los brazos y se cansó de pelear. Deberías tratar de entenderla y dejar de culparme y de culparte a ti mismo. Ella tomó una decisión.

-¿Por qué no pudo intentarlo? ¿Por qué no quiso quedarse conmigo?

-Adam, ella te amaba más que a nada en el mundo.

Escuché como la voz de Adam se quebraba.

-No es verdad-dijo y salió de la sala.

Me quedé inmóvil al verlo parado junto a mi y ver en sus ojos la decepción de encontrarme aquí, escuchando una conversación privada. Algo que no debería haber hecho.