Pecado Original © (terminada, En Edición) [Hermanastros]

Capítulo 18: Olvidar.

Me subí al coche de Peter sin dudarlo y sin mirar atrás. Estaba devastada.
Mi corazón dolía como nunca antes.
Adam me había traicionado, me había engañado con la única persona que odiaba en este mundo, Megan.

Era algo que no podría perdonarle jamás.
Ahora me doy cuenta, cuanto duele en verdad una traición. Lo que sentí cuando Ryan me engaño, no es nada comparado al dolor que siento ahora mismo.
Siento la felicidad desvanecerse, dejando lugar a la tristeza absoluta.
Mi corazón esta roto ahora.
¿Por qué no deja de lastimarme? ¿Por qué tuve que enamorarme de él?
Me pide que no me rinda, y el se entrega a los brazos de la primer perra que aparece en su camino.
No sólo estoy destrozada, también estoy cansada de esta situación.
De todas maneras, no había forma en la que lo nuestro funcione.
Esto ha sido un error desde el primer momento.
Deberia vivir con mi padre.
Al menos allí no tengo que vivir con un hermanastro que me rompió el corazón.

Peter me dió mi espacio, y no me preguntó que sucedía. El sabía que estaba teniendo una batalla en mi interior en ese momento.
Pero necesitaba que alguien me escuche, que alguien me aconseje.

-El me engañó-murmuré, y al decirlo en voz alta se volvió real y me hizo sentir peor-con Megan-añadí.

El abrió sus ojos como platos y pude percibir la rabia en su rostro. Nunca lo había visto tan enfadado.

-Yo... Lo siento Cris, sabía que ese idiota te haría daño-apretó su puño y golpeó el volante del coche, frustrado-lamento que tu cumpleaños termine de esta manera, vamos por una malteada.

Asentí y fijé la vista en la carretera.
Mi celular comenzó a sonar.
Era Adam.
Apagué el maldito aparato y prendí la radio en el coche.

Peter estiró su mano y acarició mi mejilla.

-Todo estará bien.

Nos detuvimos en una cafetería, junto a una estación de servicio, en las afueras de la ciudad.
Pronto amaneceria y aunque sabía que debía volver a casa, no quería hacerlo.
No quería ver a Adam.

Peter intentó distraerme hablando de la escuela, del equipo y del baile.
Pero no podía dejar de pensar en lo un había sucedido en la fiesta.
Esa perra sabia que mi orgullo y dignidad se destruirían al ver que me habían engañado con ella nuevamente.
A estas alturas debe saber que estoy enamorada de Adam, porque de otra manera no me metería con alguien que pertenece a mi familia.
La cris de siempre nunca haría algo así, algo incorrecto, algo prohibido.
Después de todo, solo soy un bicho raro.

Cuando subimos al coche, por fin me sentía más tranquila.
Olvidaría a Adam a como de lugar.

Peter se veía apenado, y por un momento me resultó adorable.
El intentaba hacerme olvidar, quería verme bien.
Es un buen amigo, el siempre se preocupa por mi.

Recordé que el me había invitado al baile.

-¿Qué atuendo usaremos para el baile?-me atreví a preguntar y noté que se sonrojó.