♡Capitulo treinta y siete♡

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Candas

Abrí mis ojos con pesadez, intente darme la vuelta para acomodarme mejor, pero unos brazos en mi cintura no me lo permitieron.
Me voltee con suavidad y mire a Croos, él aún se encontraba dormido, decir que se veía bien durmiendo era una vil mentira, Croos se veía como un zombie cuando dormía.

Su rostro era tan gracioso, comencé a reírme un poco, Croos se removió y finalmente despertó.

— ¿Por qué tienes esa sonrisa en tu rostro? — preguntó con voz somnolienta.

— Te ves muy gracioso cuando duermes — respondí y sonreí.

— Me veo más gracioso que tu cuando gimes... — dije burlesco.

Deje de reír y lo mire mal: — Eso es jugar sucio Croos...

— Claro que no, estamos comentando nuestros momentos graciosos, y creemé, tu cara cuando tenemos sexo gana el premio nobel... — comenzó a reír — te ves tan graciosa — río más.

Entrecerre los ojos y lo mire mal: — Ya... Ya no es gracioso.

— Para ti... — siguió riendo.

Quite sus manos de mi cintura y me senté en la cama: — Mis playeras se te ven geniales — dijo él parando de reír.

— A mi todo se me ve bien — bromee.

Él también se sentó en la cama: — Eso es cierto, te ves sexy con todo — me jalo de la cintura con suavidad y me sentó encima de él. — Aunque sinceramente te ves mejor sin ropa — murmuro en ni oído.

Me mordí el labio inferior y reí: — Como que amaneciste muy caliente, ¿no creés?

— Contigo siempre — puso sus manos en mi cintura y las fue bajando, comenzó a besar mi cuello y luego me acerco más a él.

Desde esta posición podía sentir su miembro crecer, me separe de él: — Croos, estoy embarada... — dije sonrojándome.

— No te culpo, a noche si que estuvo bueno — dijo sonriendome coquetamente.

— Vaya que si... Aún hay partes que me duelen.

— Tienes razón, aún debe de dolerte, esperaremos para más tarde, mientras tanto me daré una ducha, apesto a sexo y además, algo en mi esta emocionado — reí.

— Esta bien — me separe de él.

[...]

— Esta rico — dijo Croos saboreando un trozo de manzana embarrada de crema.

— Sí — respondí. Croos y yo estábamos sentados en el césped.

Después de haber acabado la manzana con crema, nos acostamos en el césped y miramos el cielo y las nubes.

— Ese tiene forma de perro — dijo Croos y señalo una nube.

— Y ese de anciano — señale otro.

— Candis, ¿cómo te imaginas en veinte años? — preguntó y ambos giramos nuestros cuellos para vernos.

— No lo se, probablemente... No se.

— Debe de haber algo que quieras...

— Solo quiero ser feliz. — Respondí.

— ¿Y eres feliz a mi lado? — se sentó observándome y yo también me senté.

Realmente no sabía que responder, aún no me creía nada de esto; es decir, no todos los días estas de fiesta y eres secuestrada por unos hombres locos y luego uno de ellos te confiesa que es hombre lobo, esas cosas no pasan. Siento como si esto fuera un sueño, pero la pregunta es, ¿quiero despertar? ¿De verdad quiero esto en mi vida?

Hasta la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora