CROOS
- ¿Cuál es esa condición? - Fue lo primero que me dijo a penas despertó.
Suspiro:- Necesito volverte a marcar. - Hable mientras la abrazaba más. Ella alzo su cabeza y me miro dudosa.
- ¿Para qué? - Pregunto y se separo de mi sentándose en la cama.
- Simplemente lo necesito.- Hablé calmado y me acerqué a ella. - Prometo que esta vez no dolerá mucho. - Besé la parte de atrás de su oreja.
- Pero... Duele mmuucho... -Murmuro asustada.
-Esta vez no dolerá mucho...
- Lo prometes.
Lo pensé un momento: -Tratare bonita. -Sonreí.
Ella intento sonreírme y entonces me acerqué a su cuello y la mordí. Ella gritó tan duró que por un momento creí que se quedaría sin voz y de paso a mi me dejaría sordo, aún así no me detuve, ella comenzó a mover sus manos para alejarme pero yo la sujete de sus hombros apretándola más junto a mi.
Cuándo termine la solté y la acomodé en la cama, sus ojos casi se cerraban por completo y unas cuantas lágrimas resbalaban por sus mejillas, me acerqué a ella e inhale su olor. Olía delicioso, olía a mi.
Me pare de la cama y salí de la habitación.
- ¡Croos!
- Hola chicos.
- ¿Vamos al bar?
- ¿No es algo temprano para ir?
- ¿Acaso tu fiera no te deja ir? - Bromeo Rom.
-Vamos. - Respondí y los tres salimos al bar exclusivo de la manada.
(...)
- Hola chicos. - Saludo Kia.
- Hola. -Saludamos los tres.
- Creí que ya te habías ido. - Cuestionó Rom.
Ella nos sonrió y se acomodo con nosotros en nuestra mesa: - Una amiga pronto vendrá, de hecho vendrá para la feria, estaremos unos días y luego nos iremos otra vez.
- ¿Tú amiga es sexi? - Preguntó Ediberto.
- Si, bastante...
Silbe: - Ya me gustaría verte cuando encuentres a tu luna. - Hablé riendo.
Los cuatro reímos: - Bueno, tal vez y sea como tu, tu ya encontraste a tu mate y aún hací te acuestas con todas. - Río.
- No se supone que una vez que encuentras a tu mate ya ninguna otra mujer te satisface y además ya ninguna otra te atrae...
Solté un suspiro: - Es cierto, ya no sientes atracción por nadie, a todas las mujeres las ves igual y ya ni teniendo sexo olvidas a tu mate...
- ¿Entonces por qué sigues haciendo lo mismo? - Preguntó curioso Rom.
- Por diversión. - Sonreí.
Tomamos unas copas más, hablamos de diferentes cosas, estuvimos horas conversando los cuatro.
(...)
La tarde ya había llegado, y aún seguíamos en el bar.
Kia se acerco a mi: - ¿Vamos a un lugar más privado? - Pregunto coqueta besando una parte de mi oreja.
Le sonreí: - Vamos. - Los dos nos pusimos de pie y caminamos a mi recámara exclusiva que tenía en el bar.
A penas ingresamos al cuarto la bese desesperadamente, tener obligadamente a Candas todo el día en mi cabeza no era muy bueno para mi. Y a pesar de que estaba con una sexi mujer no podía dejar de desear a Candas.
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Hasta la eternidad
Loup-garouÉl solo quería ser normal, odiaba ser un monstruo, y ella, ella era parte de esa tortura que a él tanto lo consumía. Ella no tenía la culpa de nada, aún así, él le hizo pagar. Créditos de la portada: @Editorial_21