♡Capitulo once♡

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|CROOS|

— Candas, ve a dentro en unos momentos voy. — Le digo a Candas.

— Amm, sí. — Empieza a caminar. — Hasta luego Ediberto. — Se aleja.

— Adiós.

Alzo mi ceja.

— Deja de ver a MI mujer y mejor dime que es eso de que han vuelto.

— Hay pero que celoso. — Bromea, pero yo me pongo aún más serio. — Bien. Los asquerosos brujos han vuelto.

— Mierda, ¿han dado problemas?.

— No, apenas se están instalando en las colinas, sigo sin entender porque no aceptaste el tratado.

— Para empezar yo aún no era alfa, pero de todos modos estoy de acuerdo con mi padre, los lobos no tenemos porque trabajar junto a los asquerosos brujos...

— ¿Qué haces aquí Croos?. — Pregunta Rom.

— Aquí vivo...

— Me refiero a que no deberías de estar en la asamblea...

—Lo olvidé.

— ¿Qué esperas?, vete. —Habla Rom y yo comienzo a caminar, bueno más bien a correr.

Pero un pensamiento hace que me gire y les diga: — ¡Cuiden a Candas!, es una orden.

Y ahora comienzo a correr como loco desesperado hacia mi auto, el cuál siempre esta listo en la entrada. Me subo y arranco a toda velocidad.

¿Cómo pude olvidar que hoy era la asamblea?, y peor aún, ¿Cómo pude olvidar embarazar a Candas?.
Probablemente seré él único que no siguió esa orden, aunque bueno,  yo tengo más ventaja que los demás, a mi el estúpido consejo no me puede exiliar.
Gracias a que mis sagrados ancestros fueron uno de los primeros hombres lobos; ellos también fundaron parte del consejo, pero se aburrieron y prefirieron crear su propia manada, yo pertenezco a uno de los mejores linajes que pueden existir en hombres lobos.

Tan pronto llego, bajo y corro hacia el salón de asambleas, entro y para mi sorpresa aún no ha comenzado.

— Pero que alegría que nos deleites con tu presencia Croos. — Habla Jacob apenas ingreso al salón.

— Sí, lo sé. — Sonrió con arrogancia y camino para sentarme.

A penas me siento y comienzan a hablar.

— Bien, creo que ya saben para que es la asamblea así que seré directo, ¿quienes procrearon descendencia?, alcen su mano...

— Por su bien no les conviene mentir. — Aconseja Zac.

Como era de esperarse todos a excepción mía alzan su mano.

— ¿Qué hay de ti?. — Me pregunta Jacob.

— Mi mate no esta embarazada. — Todos empiezan a murmurar.

— ¿No has cumplido la orden?. — Pregunta horrorizado Bob.

— No. —Los miro desafiante.

Jacob sonríe: — Vaya, estás aprovechando tu posición.

— Si,algo así.

Dejan de mirarme y miran a los demás: — Ya que todos, bueno casi todos, han cumplido no hay problema, vayan a sus manadas y cuiden a sus lunas y a sus cachorros, y recuerden, quién pierda a su primogénito sufrirá las consecuencias...

— En unos días iremos a sus manadas a comprobar que de verdad hayan cumplido. — Ahora habla Zac.

— Próxima asamblea en 15 días, pueden irse. — Todos nos ponemos de pie y caminamos a la salida.

Hasta la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora