|CROOS|— Candas, ve a dentro en unos momentos voy. — Le digo a Candas.
— Amm, sí. — Empieza a caminar. — Hasta luego Ediberto. — Se aleja.
— Adiós.
Alzo mi ceja.
— Deja de ver a MI mujer y mejor dime que es eso de que han vuelto.
— Hay pero que celoso. — Bromea, pero yo me pongo aún más serio. — Bien. Los asquerosos brujos han vuelto.
— Mierda, ¿han dado problemas?.
— No, apenas se están instalando en las colinas, sigo sin entender porque no aceptaste el tratado.
— Para empezar yo aún no era alfa, pero de todos modos estoy de acuerdo con mi padre, los lobos no tenemos porque trabajar junto a los asquerosos brujos...
— ¿Qué haces aquí Croos?. — Pregunta Rom.
— Aquí vivo...
— Me refiero a que no deberías de estar en la asamblea...
—Lo olvidé.
— ¿Qué esperas?, vete. —Habla Rom y yo comienzo a caminar, bueno más bien a correr.
Pero un pensamiento hace que me gire y les diga: — ¡Cuiden a Candas!, es una orden.
Y ahora comienzo a correr como loco desesperado hacia mi auto, el cuál siempre esta listo en la entrada. Me subo y arranco a toda velocidad.
¿Cómo pude olvidar que hoy era la asamblea?, y peor aún, ¿Cómo pude olvidar embarazar a Candas?.
Probablemente seré él único que no siguió esa orden, aunque bueno, yo tengo más ventaja que los demás, a mi el estúpido consejo no me puede exiliar.
Gracias a que mis sagrados ancestros fueron uno de los primeros hombres lobos; ellos también fundaron parte del consejo, pero se aburrieron y prefirieron crear su propia manada, yo pertenezco a uno de los mejores linajes que pueden existir en hombres lobos.Tan pronto llego, bajo y corro hacia el salón de asambleas, entro y para mi sorpresa aún no ha comenzado.
— Pero que alegría que nos deleites con tu presencia Croos. — Habla Jacob apenas ingreso al salón.
— Sí, lo sé. — Sonrió con arrogancia y camino para sentarme.
A penas me siento y comienzan a hablar.
— Bien, creo que ya saben para que es la asamblea así que seré directo, ¿quienes procrearon descendencia?, alcen su mano...
— Por su bien no les conviene mentir. — Aconseja Zac.
Como era de esperarse todos a excepción mía alzan su mano.
— ¿Qué hay de ti?. — Me pregunta Jacob.
— Mi mate no esta embarazada. — Todos empiezan a murmurar.
— ¿No has cumplido la orden?. — Pregunta horrorizado Bob.
— No. —Los miro desafiante.
Jacob sonríe: — Vaya, estás aprovechando tu posición.
— Si,algo así.
Dejan de mirarme y miran a los demás: — Ya que todos, bueno casi todos, han cumplido no hay problema, vayan a sus manadas y cuiden a sus lunas y a sus cachorros, y recuerden, quién pierda a su primogénito sufrirá las consecuencias...
— En unos días iremos a sus manadas a comprobar que de verdad hayan cumplido. — Ahora habla Zac.
— Próxima asamblea en 15 días, pueden irse. — Todos nos ponemos de pie y caminamos a la salida.
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Hasta la eternidad
WerewolfÉl solo quería ser normal, odiaba ser un monstruo, y ella, ella era parte de esa tortura que a él tanto lo consumía. Ella no tenía la culpa de nada, aún así, él le hizo pagar. Créditos de la portada: @Editorial_21