♡Capitulo seis♡

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Croos∆.

Me encontraba sentado en una de las mesas de la parte trasera de la casa, estaba viendo la alberca y sintiendo tranquilamente el viento. Era un momento muy tranquillo, pero como siempre alguien tiene que arruinar ese bello momento.

-Tu cara es un sinónimo de un buen sexo.- Rom y Ediberto bromean.

-No, no tuve sexo, no todas las caras felices son sinónimos de un buen sexo. -Los contradije.

-Bueno, ¿entonces por qué tienes esa cara tan feliz?.- Pregunta Rom.

Estaba por responderle pero una sirvienta nos interrumpió.

-Amo, la señora no ha querido desayunar.-Y así mi felicidad se fue.

-Bien, puedes irte y dile a Francisco que venga. - Le ordené y la sirvienta se fue.

-Esa chica te salió ruda ¡eh!.- Bromeo Rom, aunque bueno yo no le vi la gracia.

-No le veo la gracia. -Rom y Ediberto se callan.

-Bueno ya esta todo listo para la ceremonia.-Informo Ediberto.

-Amo, ¿en qué le puedo ayudar?.- Llegó y pregunto Francisco.

-Trae a Candas rápido y ni se te ocurra tocarla.- Le ordene a Francisco.

-Si amo, enseguida.

-Hey, calmante, no la vayas a matar.-Hablo Rom.

-¿Quienes irán a la ceremonia?.

-Todos los lobos de la región, inclusive unos de otros lados.

-¿No creés que es un poco peligroso hacer la presentación en plena luna llena?

-Habrá mucha protección, además, ¿con qué tipo de lobo crees que estas hablando?.- Lo cuestionó.

Un peculiar olor invade mi fino olfato y veo a Candas acercarse mientras Francisco la escolta.
Los chicos también se percatan del olor y voltean.

- ¡Con que por eso estas tan feliz!. - Exclama aparentemente feliz Rom.

- ¡Marcaste a tu mate!. - Habla Ediberto. - Creí que habías dicho que jamás la marcarías porque no querías que te importara. - Entre cerró los ojos y me cuestionó.

-Las cosas cambian.- Me defiendo y los tres sonreímos.

-Se puede apreciar bien él olor, cualquiera a mil Kilómetros se daría cuenta que ya tiene dueño, ¡Felicidades!.- Me felicita y sonríe Rom.

-Amo, aquí está la señora.-Habla Francisco bajando la cabeza.

-Puedes irte.-Le ordeno y él se va.-Sientate.-Le ordeno a Candas y le hago una seña a una sirvienta para que venga. Candas se sienta y la sirvienta llega.

-¿En qué le puedo servir mi señor?. - Pregunta bajando la cabeza. La tipa era simpática, tenia buen cuerpo, cabello castaño ondulado largo, ojos café miel, ya saben, lo típico.

-Trae el desayuno.

-¿Le traigo 4 raciones?.- Pregunta y observo a los chicos.

-Nosotros ya nos vamos.- Habla Rom y se pone de pie.

-Fue un gusto verte.-Se despide Ediberto y también se pone de pie.

-Solo dos raciones. -Le informó y la sirvienta se va. Giró mi vista hacia los chicos y puedo verlos prácticamente babear.- No sabía que tenían esa clase de gustos. - Los molesto.

-No esta nada mal para un rato. -Habla Rom con un poco de deseo.

-¿Por qué todos tus empleados son mujeres?. Y además mujeres sexis.- Pregunta Ediberto y yo suelto una carcajada.

Hasta la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora