Capítulo 8

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Narra Michelle

Hugo no a terminado de salir del baño cuando la mirada de la mayoría de las chicas se clavan en el torso descubierto de Hugo.

La verdad es que no sé como actuar, en teoría la Michelle fría que acostumbro a ser, se perdería entre la gente y lo dejaría solo junto a las zorras que lo están devorando con la mirada, pero la verdad, es que no quiero irme, la fiesta empieza a ser aburrida y no me apetece volver a casa, en realidad no me importaría quedarme un rato hablando con el chico de los tatuajes. Tampoco sé si está enfadado conmigo, yo si fuera él, si lo estaría.
Antes de que pueda seguir pensando qué hacer, Hugo me coge del brazo, aunque esta vez con delicadeza y me guía hacia las escaleras que llevan a la última planta.

Entramos a una gran habitación, situada al final del largo pasillo, la verdad es que no sé que hacemos aquí, porque si cree que se va a acostar conmigo, está muy equivocado, a pesar de que está muy bueno, se me haría raro verle en el instituto el lunes.

-No pienses cosas raras- Dice como si me estuviera leyendo la mente.
-Solo voy a coger una camiseta de mi primo- A lo que yo contesto asintiendo con la cabeza.

-Siéntate- me dice señalando una silla pegada al escritorio. Sin mediar palabra, hago lo que me dice, la verdad es que los tacones me están matando.

No entiendo por qué estoy tan nerviosa, bueno sí lo sé, porque llevo dos años sin hablar con un chico a no ser que fuera con intención de tirarmelo.

Cuando levanto la vista, él ya a cubierto su torso con una camiseta blanca con la que se transparentan todos sus tatuajes.Me gusta.

-No sueles hacer esto ¿verdad?- Me pregunta mientras se sienta en la cama, que supongo que será de su primo.
-¿El qué? Pregunto, a pesar de que ya sé la respuesta.
-Esto, relacionarte con la gente, hablar, ser tú misma.-
La verdad es que me incomoda un poco hablar de este tema, ya que eso acabaría llevando al tema de mi padre, el cual no quiero tocar, por lo que me limito a responder con mi modo frío de siempre.
-¿Yo misma?- digo con tono sarcastico.
-Da igual que te hagas la fría chica mala, sé que en realidad no eres así-
A lo que yo contesto poniendo los ojos en blanco.

Hugo se levanta de la cama y se acerca a mí, toma mi barbilla con una de sus grandes manos y me dice en un susirro, -Vámonos chica mala, quiero conocerte.-
No sé a donde vamos, pero como si un par de imanes de polos opuestos nos uniera, le sigo escaleras abajo, salimos de la casa y nos montamos en su coche.

Le mando un mensaje a Jess diciéndola que me voy de la fiesta y que mañana nos vemos.

Tras unos 15 minutos de trayecto, Hugo para el coche, bajamos y entramos a un pequeño bar que está en medio de la nada, es bastante acogedor y la verdad es que me sorprende que haya unas seis personas a pesar que que sean casi las tres de la mañana. Hugo me coge la mano y me guía hasta una mesa para dos que hay al fondo del establecimiento, da la sensación de que Hugo ya conoce este lugar.
Nos sentamos y Hugo se acomoda en el respaldo de su asiento. -Muy bien chica mala, es hora de conocerte- me dice mientras me mira directamente a los ojos y me dedica la sonrisa más sincera que he visto dibujarse en su rostro.

No quiero enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora