Capítulo 28

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¤Narra Hugo¤

El viaje hacia casa de Michelle estaba siendo bastante divertido, es normal teniendo en cuenta lo retrasados que pueden llegar a ser mis amigos. Pablo es como mi hermano, nuestra amistad no es la típica que empezó a los tres años de edad, nosotros nos conocemos desde hace dos años cuando me cambié de instituto pero en este tiempo me ha demostrado que es un tío que vale la pena, se puede confiar en él, también hay que destacar que es jodidamente parecido a mí y sorprendentemente más mujeriego, Dani por el contrario es algo más tímido, le cuesta entrar en confianza pero una vez le tienes ganado, es un tío de puts madre, la verdad es que me encanta lo tímido y buenazo que puede llegar a ser, muchas veces me siento como su hermano mayor, teniéndole que defender de algún que otro gilipollas o dándole consejo con alguna tía.

Al llegar a su casa me quedé el último, la verdad es que me cuesta saber que hacer con esta chica, me pone nervioso. Yo nunca he tenido ningún tipo de nerviosismo a la hora de hablar o estar con una chica pero ella... pff, la verdad es que está rompiendo todos mis esquemas. No paro de repetirme que no somos nada, que no confunda las cosas, que ninguno de los dos queremos nada serio, pero esta chica consigue sacar mi lado más romántico y ridículo, la verdad es que se me ha metido vien denteo.

Nada más levantar la mirada mi corazón se acelera, está perfecta, ese vesrido granate se la ajusta perfectamente aunque la idea de arrancárselo y hacerla mía se me cruza por la cabeza mientras la doy uno de nuestros feroces besos.

Tras tomarnos un par de copas en su casa decidimos irnos ya a la fiesta. Vamos en dos coches, en el mío vamos los tíos y en el de Vanesa las tías, la verdad es que no me hubiera importado ir a solas con Michelle.

Voy distraido pensando en mis cosas mientras conduzco cuando un comentario llama mi atención.
-Oye Hugo, "la Michi" está tribuena ehh, la verdad es que tiene un polvazo- dice Pablo con un gono despreocupado.
Noto como la rabia empieza a apoderarse de mi cueroo, aprieto con tanta fuerza el volante que mis nudillos se tiñen de um color blanco. Dani, al notar mi tensión, sube la música intentando relajar el ambiente.

Al llegar a nuestro destino aparco con facilidad, es una de las cosas buenas que tiene esta discoteca, el aparcamiento es enorme. La verdad es que no soy muy fan de ir a discotecas, prefiero que la fiesta sea en una casa pero bueno, una noche es una noche y esta, tiene que ser legendaria.
Al salir del coche encuentro con facilidad a las chicas que están hablando animadamente un par de coches más para alante. Michelle me está dando la espalda asi que puedo contemplar sin ningún problema su perfecto culo. Hago una señal rogando silencio a Venesa a lo que asiente disimuladamente a Michelle, cuando estoy lo suficientemente cerca la rodeo la cintura con mis brazos, al principio se tensa pero tras darse cuenta de quien soy relaja sus músculo y deja caer su cabeza sobre mi hombro mientras esboza una amplia sonrisa a lo que yo respondo dándola un pequeño beso en el cuello. Cuando levanto la mirada veo a Vanesa mirándonos con ¿ternura?
Para evitar cualquier tipo de comentario cojo de la mano a Michelle y comenzamos a andar hacia la entrada.

Y aquí uno de los motivos por los que no me gustan las discotecas, las colas, las putas colas interminables me desesperan. Llevamos una media hora esperando nuestro puto turno ñara entra y aún nos quedan unas quince personas por delante. Lo bueno es que la espera no se hace tan larga ya que las bromas y los distintos temas de concersación surgen con facilidad.
Después de otros diez minutos en la interminable cola por fin logramos pasar. La verdad es que la espera a merecido la pena, hay un ambientazo y esto es enorme. Sin soltar a Michelle de la mano, me dirijo a la barra, ¿qué mejor que unas copas  para entrar en ambiente? Pablo, Dani y yo pedimos lo de siempre, brugal con redbull, Michelle pide lo mismo pero para la mezcla se decanta por fanta de naranja en lugar der redbull, por otro lado Vanesa pide un vozka con limón. Una vez tenemos todos nuestra copa en la mano, comienza la fiesta.
Las chicas comienzan a bailar al ritmo de la música, moviendo sus caderas de una forma jodidamente sensual.

Las horas fueron pasando junto a más copas y alguna que otra ronda de chupitos ya eran las cinco de la mañana. Me encontraba con Michelle en la pista de baile la cual estaba torturándome de la mejor forma posible, estaba de espaldas a mí bailando al ritmo de la música la cual era más lenta que al principio de la noche lo que provocaba que sus movimientos fueran más lentos, más marcados. Gracias a esos tacones que llevaba su hermoso culo llegaba a la algura de mi paquete, la verdad es que me sorprendió mi autocontrol, lo único que se me pasaba por la cabeza era arfancarle ese precioso vestido.
Se giró y me miró con unos ojos llenos de deseo, se acercó a mi oido y dijo:
-¿Sabes qué? Mi casa está vacía, mi madre no vielve hasta dentro de una semana. ¿Qué tal si nos vsmos los dos y...?- Antes de que pudiera terminar su ñropuesta la agarré de la mano y empecé a caminar en dirección a la salida.

No quiero enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora