Capitulo 10

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Adrien

Estaba en la sala de espera, caminaba de un lado al otro, no podía estar tranquilo, tenían muchas en mi cabeza ¿Porque quería que la trajera acá? ¿Porque la conocen? Pero la que mas desesperación me daba ¿Que le pasa a Mari? Ya había pasado un rato, desde que se la llevaron y nadie me dijo nada sobre ella.

P- ¿Te podes quedar quieto? -dijo mi kwami negro asomándose de mi camisa.

A- No puedo Plagg -le iba a decir algo mas, pero escuche unos pasos que venían en mi dirección. Plagg se escondió, voltee y vi a los padres de mi novia, caminaban con una sonrisa falsa, pero se notaba que no estaban bien.

S- Hola Adrien -saludo tan cálida como siempre.

A- Hola Sabina, hola señor Dupain-Cheng -me pongo nervioso cada vez que estoy con el.

T- Tom -me dijo con una sonrisa sincera.

S- ¿Que paso?

A- Se desmayo mientras peleábamos con helado.

T- ¿Helado? -asentí- Seguro ella empezó.

A- Si jaja.

Seguimos charlando un rato, hasta que el doctor, que al parecer la conocía, salia de la habitación de mi princesa. Lo mire fijamente, hasta que note que se sacaba unos guantes que tenían... ¿¡SANGRE!? pero si solo se desmayo. Ya me estaba volviendo loco, no entendía nada. Cuando nos vio, tiro rápidamente los guantes y se acerco a nosotros con una sonrisa falsa.

A- ¿Como esta doctor? -dije rápidamente

D- Esta bien.

A- ¿Puedo verla?

D- Claro, mientras que yo voy a hablar con sus padres -dicho eso se fueron, dejándome solo no lo pensé ni dos veces y fui directamente a su habitación. Golpee la puerta y como nadie respondió, entre. Al abrir la puerta, la vi en una cama blanca, ella se encontraba dormida y pálida. Agarre la silla que estaba ahí, la puse a su lado y me senté agarrando sus manos, apoye mi cabeza en ellas, mientras que unas lagrimas caían parte en sus delicadas manos y parte en la cama. Estaba asustado, me preocupaba, tal vez tiene algo y no me lo quiere contar. En eso, una de sus manos se desprendió de mi agarre y acaricio mi pelo, levante la cabeza. Y ahí la vi, despierta mirándome con ternura. 

A- ¡Marii! -le solté la mano y la abraze, ello lo correspondió. Me largue a llorar en su hombro.

M- Shh tranquilo gatito -dijo acariciando mi pelo- estoy acá no llores -estuvimos así un rato hasta que nos separamos, me senté en la cama agarrando sus manos.

A- ¿Estas bien amor?

M- Si gatito -dijo sonriendo.

A- Eso no es cierto, te desmayaste otra vez ¿Te pasa algo? -borro su sonrisa.

M- Claro que no, estoy bien solo me bajo la presión.

A- Ah solo era eso ¿Segura? -asintió- Bueno -dije no convencido- ¿Porque te conocen acá? ¿Y que no tomaste?

M- Cuantas preguntas jeje -dijo nerviosa.

A- Solo responde -dije serio.

M- Ellos me conocen emm... porque...

Marinette

  M- Ellos me conocen emm... porque...  -¿Y ahora que hago? Ayy Dios sálvame.

A- ¿Porque...? -dijo impaciente 

M- Porque... Hace unos, mi hermano se enfermo y tuvieron que internarlo. Estuvo mucho tiempo ahí, así conocí a todos. Cuando murió, seguimos viniendo acá por cualquier cosa -empece a sentir las mejillas húmedas, estaba llorando, era la verdad, solo omití lo mio- Y fue por eso -el se acerco y me seco las lagrimas.

Si te vas yo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora