L- Bueno -suspira- Ella tiene... -fue interrumpida por unos golpes que provenían de la puerta.
A- Perdón por interrumpir, necesito que vengas a la habitación 245, es urgente.
L- Entiendo, ya voy, nos vemos después -solo pude asentir con la cabeza, al parecer el universo no quiere que sepa lo que le pasa. Me dejo con la duda en la cabeza, mire a mi princesa ¿Que te estará pasando? ¿Que puedo hacer para protegerte? Me quede toda la mañana y la tarde a su lado, hasta que llegaron los papas, que habían ido temprano a abrir la panadería. Me dijeron que me valla a mi casa, solo pude hacerles caso, ellos también tenían derecho a estar con su hija en este momento. Llame al gorila, que me fue a buscar al hospital y me llevo a casa. Cuando llegue a mi habitación, me bañe y me acosté boca arriba, mirando el techo, pensando en todo lo que estaba pasando.
P- Ricitos de oro, ya se que estas mal, pero yo necesito comer -odiaba que siempre me pusiera apodos pero no tenia ganas de discutir con el.
A- Plagg hoy no hay nadie en casa, así que búscate lo vos mismo, yo no tengo ganas, ademas yo no soy tu sirviente.
P- Con ese humor y carácter nadie te va a querer -dicho eso se fue. Me quede pensando en lo que me dijo, tal vez tenia razón, mi carácter lastimo a My Lady y ahora hice enojar a Plagg ¿Porque hago todo mal? Sin que me diera cuenta, me quede dormido, cuando me desperté era de noche y Plagg dormía al lado mio. Me levante, desperté a Plagg, y me transforme para ir al hospital.
Mientras tanto en el hospital...
Narrador
Una mujer azabache con rasgos asiáticos junto su amado esposo, miraba como su única hija, dormía inconsciente en la cama de hospital. Estaban muy preocupados, que del tiempo que le quedaba a la ojiazul se terminara tan rápido, hasta que la azabache menor despertó.
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Adrien
Ya transformado, salte por todos los tejados, hasta llegar al hospital, pero antes quería ver como iban las cosas sin interrumpir el momento de Mari con sus padres. Así que, aterrice en una rama que estaba cerca de la ventana que daba a su habitación, donde la podía ver, y lo que vi, me hizo sentir alegría, como nunca antes había sentido, excepto cuando descubrí que ella era My Lady y acepto que seamos novios.
