Narrador
Ya era 31 de diciembre, día antes de año nuevo. Todos tenían en claro que la azabache no iba a sobrevivir. Los padres el día anterior, se despidieron de ella para irse a China y no volver, ya que la querían recordar viva, llena de alegría, no muerta en una cama de hospital, les lastimaba dejarla ahí, pero les dolía mas verla sin vida. El padre del ojiverde, Gabriel Agreste, le permitió a su hijo pasar año nuevo con su novia.
En la mañana
Marinette
Me costaba respirar, hablar, pensar, me dolía el pecho, la cabeza y ya no se que mas, era tanto el dolor que no tenia un lugar en especifico. ¿Porque esto me pasa a mi? ¿Porque tengo que morir? Si yo no hice nada malo a nadie ¿Porque la vida es injusta con la persona que ayuda a otras? Lo único "bueno" en esto, es que voy a estar con mi hermano una vez mas.
X- ¿Cómo estas cariño? -me asuste, no me había percatado de la presencia de Adrien, que estaba a un lado de la puerta- Uy ¿Te asusté? -asentí con la cabeza- Perdón.
M- Está bien -dije sonriendo, cada vez me costaba mas hacerlo. Se acerco, me moví para que se sentara en la cama, eso hizo y me acaricio la cabeza.
A- ¿Cómo te sentís?
M- Si te dijera que me siento bien, estaría mintiendo.
A- Amor se que todo va a estar bien, vamos a superar esto juntos y estar juntos siempre -dijo el, de reojo pude ver como sus ojos se tornaban cristalinos y una lagrima silenciosa amenazaba a caer. Sabia que el mentía, yo no tenia futuro, este podría ser mi ultimo día, mi mejilla se mojo con una lagrima que recorrió todo el contorno de mi cara, cayendo finalmente en el brazo de la persona a la que mas amo.
M- Si amor, todo saldrá bien, yo voy... - en ese momento se me quebró la voz, me sentí débil, me pesaba el cuerpo y mi cabeza daba vueltas. Lo ultimo que escuche fue la voz de Adrien llamando mi nombre y las puertas abrirse de golpe.
Narrador
PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII MARIIII AYUDAAA
Fue lo único que se escuchaba en la habitación del hospital, rápidamente varias enfermeras y doctores entraron y sacaron al ojiverde a la fuerza, ya que estorbaba el trabajo de los mismos. El pelirubio lloraba a a más no poder en el piso del pasillo, podía escuchar los gritos de adentro, que decían que la estaban perdiendo. Con las manos cubrió sus oídos, para ya no escuchar nada mas, repitiéndose a si mismo en su cabeza lo último que ella había dicho ella- Todo saldrá bien.
Los minutos pasaban como si fueran horas, en la mente de el rubio todo se tornaba gris por la tristeza, la vida soñada se caía a pedazos por el acantilado que se formo al pensar que ella ya no lo iba a acompañar.
Adrien
Todo mi ser moría con ella, todo lo que vivimos paso por mi mente, su risa, sus lagrimas, sus abrazos y sus besos; de pronto otro recuerdo se filtro en mi cabeza, aquella rubia mujer de ojos verdes como las mas lindas esmeraldas, mamá, las lagrimas me salían como ríos sobre mi cara, no lo soportaba, las dos personas mas importantes de mi vida ya no estarían para mi.
Cuando creí que ya no aguantaría escuche a los lejos mi nombre, aquellas voces me eran muy familiares, levante levemente la cabeza y destape mis oídos para minutos después tener a Alya y Nino a mi lado. Ninguno dijo nada, en el piso como estábamos nos abrazamos, esperando el peor final.
Unas puertas se abrieron dejando salir a la doctora de Mari, Lou. Rápidamente nos levantamos y corrimos tras ella preparados para escuchar la peor noticia.
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Si te vas yo...
FanfictionUna típica historia de dos héroes sin secretos. O... ¿Acaso uno de ellos oculta algo?