Capítulo Veinticuatro: La Verdad sobre Jake Martins

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Wall House es el restaurante favorito de Adrien. Allí, sirven las mejores fondues del mundo. De queso, carne, chocolate... Siempre celebramos mi cumpleaños acá porque es un lugar que los cuatro (mamá, Adrien, Lottie y yo) amamos. Entrar a este lugar sin ellos fue un golpe bajo, debo admitir. Pero en cuanto recordé el propósito de estar en aquel lugar, mi fuerza de voluntad se volvió más fuerte y, con renovadas energías, entré al lugar.

– ¿Tienen reservación? –preguntó el mozo.

– Nuestro anfitrión es Jake Martins, gracias –le respondí. 

El señor asintió y nos guió hasta una mesa al final del restaurante, donde había alguien sentado. Llevaba lentes de sol y un buzo que recordaba de algún lugar. Color vino, Abercrombie.

– Bienvenidos, chicos. ¿Quieren algo de comer? –preguntó. 

Una oleada de color verde pasó por todo el local, y Carter me guiñó un ojo.

– No gracias, Jake. ¿Me devolverías a los Courtois? –le pedí con amabilidad.

– Podría hacerlo... ¿pero por qué lo haría? –preguntó.

– Porque lo estoy pidiendo bien. Si no me los devolvés por las buenas, va a tener que ser por las malas –le advertí.

– No me das miedo, princesita –dijo él.

– Oh, pues debería darte –dije sacando de mi bolsillo la llave y apretando la equis.

– Vamos, Gemma, la espada no es lo tuyo –dijo él.

– ¿Querés probarme? –le pregunté.

Él se levantó y empezamos a luchar. Era bueno, debía admitirlo. Luchaba tan bien como si hubiera aprendido en la mismísima Francia.

Luchaba bien, sí; pero no lo suficiente. Cinco minutos después, ya tenía su espada en mis manos y mi espada en su cuello.

– ¿Dónde están los Courtois? –pregunté. 

Él movió su mano y mi familia apareció allí.

– Nosotros nos ocupamos –dijo Carter dirigiéndose hacia mi familia.

– ¿Desde cuándo luchas tan bien? –preguntó.

– ¿Desde cuándo los villanos son tan bobos como para no usar trajes mágicos? –pregunté de regreso.

Me acerqué a su cara, lista para descubrir la verdadera identidad del villano que secuestró a mi familia. Bajé su capucha y le saqué los anteojos. El rostro que vi me dejó bastante impactada.

Él aprovechó mi momento de distracción para agarrar sus anteojos, ponérselos y transportarse en una bruma roja a otro lugar. Me saqué la máscara aún perpleja y me quedé mirando al lugar en el que antes había estado mi oponente.

– ¡Alette! –gritaron mamá, Adrien y Charlotte dirigiéndose hacia mí. Sacudí mi cabeza y me concentré en ellos. Los tenía de vuelta. A los tres.

– Los extrañé demasiado –dije llorando mientras los abrazaba.

– ¡Estuviste increíble, hija! Sabía que hice bien en darte a Bottes –dijo mamá. Sonreí y la abracé.

– Vámonos, al fin estoy tranquila –les dije a todos. 

Deshicimos el hechizo de normalidad y nos fuimos de allí bastante felices. Mamá y Charlotte fueron en el caballo de Gemma. Gem vino en el mío y Adrien fue con Carter.

– Entonces, ¿quién es Jake Martins? –preguntó Gemma.

– No lo conozco –mentí.

No podía decirle que Jake Martins era nadie más y nadie menos que Jackson Magné.

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¡Cliff-Hanger puro! ¿Alguien se quedó en shock? ¿Alguien suponía que era él desde lo del buzo? ¿Alguien se lo vio venir? 

¡Solo quedan dos capítulo! Presionen leer.

Actualización [18/10/2016]: Corrección de errores.

Actualización [18/11/2016]: Edición.

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