Mi experiencia con Jane Brown.

Sácala

Me costó mucho convencer a mi padre para que me llevara a ver a Jane, decía que no era bueno volver a ese sitio si acababa de salir, pero logré que me hiciera caso. En el camino hacia el correccional Sumber hubo mucho silencio, yo esperaba a que me preguntase algo de Jane, pensaba que iba a hacerlo, pero por lo visto no le interesaba demasiado. Llegamos y bajé rápidamente del coche. Al entrar pasé todos los controles necesarios y me acompañaron a la sala de visitas. En ese momento los chicos salían para volver a sus celdas, vi a Axel y a Alfredo, ambos me sonrieron desde lejos. Me senté en una de las mesas y empezaron a entrar las chicas. Me puse de pie, buscando desesperadamente a Jane, y por fin la vi, preciosa como siempre. En cuanto me vio fue corriendo a abrazarme al grito de "Scooter!", haciendo que todos los presentes la miraran sorprendidos. Yo cerré los ojos, la abracé fuerte y inspire tranquilo su agradable aroma, hasta que tuvimos que separarnos porque los vigilantes se disponían a llamarnos la atención.
-¿Porque no me avisaste de que te ibas?- La expresión de felicidad que había antes en su cara se transformó en tristeza.
-No tenía ni idea de que iba a salir, si lo hubiera sabido te lo hubiese dicho, fue todo muy rápido y raro- Le acariciaba la mano encima de la mesa.
-¿Y...como estas?- Notaba a Jane más tranquila que de costumbre, demasiado.
-¿Estás bien?- Ignoré su pregunta y la miré a los ojos, pero ella trasladó su mirada al suelo.
-Scooter, es que te hecho tanto de menos...-Una lagrima empezó a bajar por su mejilla.
-Pero no llevo fuera ni dos días Jane, además vendré a verte siempre que pueda- le sequé la lagrima con el dedo, en parte me gustaba que me estuviera diciendo todo eso.
-Pero yo necesito tener una relación normal contigo. Quiero que podamos tener ratos a solas...- Se acariciaba el cabello fingiendo timidez, me hizo reír un poco ya que ella era todo lo contrario.
-Y vamos a tener una relación normal Jane, pronto vas a salir.
-Por favor, Me siento muy sola- De repente empezó a llorar- Las chicas han empezado a alejarse de mi, Axel y sus amigos no quieren que vaya con ellos... no tengo a nadie aquí dentro.
Eso me rompió el corazón, no podía permitir que mi chica se sintiera así. Me asaltó un sentimiento de rabia hacia mi ex-compañero de celda, como dejaba a Jane sola sabiendo que podría pasarle algo malo?
-Te prometo que voy a hacer lo que sea para que salgas de aquí, tú no te lo mereces. Estaremos juntos, estaremos bien y tú te curarás del todo.-Volví a cogerle la mano y la miré a los ojos, pude ver como regresaba su sonrisa.
-Te quiero muchísimo Scooter- Me besó y los vigilantes se acercaron rápidamente a nosotros con la intención de separarnos, ella se los quedó mirando.
-Que maleducados, nos estáis estropeando el momento romántico!-Exclamó ella, por fin volví a ver a la verdadera Jane. Parecía que iban a decirle algo, pero
sonó el timbre. Las chicas se tenían que ir. Jane se abrazó a mi muy fuerte.
-Tienes que irte...-Le susurraba yo al oido mientras ella seguía abrazada.
Tuvieron que llevársela los guardias, ya que se negaba a dejarme ir. Nunca me habría esperado ver a Jane de ese modo, en todo caso me imaginaba a mi desesperado, reteniéndola a ella entre mis brazos sin intención de soltarla, pero no al revés.
Subí al coche de mi padre sintiéndome raro, por lo visto se me notaba y se me quedó mirando.
-Como ha ido?- Preguntó él, con un aire un tanto comprensivo.
-Bien, supongo- Me até el cinturón y él arrancó.
-¿Supones? ¿Que ha pasado?
-¿Cuando vas a empezar a hacer algo para sacarla?- Yo estaba serio, necesitaba que ella estuviera fuera lo antes posible.
-No es tan fácil Scott....
-Dijiste que cuando yo saliera te encargarías de su caso, y ya estoy fuera. Ahora sácala.
Me miró sorprendido.
-Scott que te está pasando? Desde cuando me hablas así?
-Desde que no cumples tus promesas.
-En ningún momento te prometí que la sacaría, te dije que lo intentaría . Y empezaré pronto, de acuerdo? Tengo un compañero que supongo que me hará el favor de investigar un poco, pero tienes que tener paciencia.

Asentí, no me apetecía hablar más,  y me agarré fuerte de uno de los lados del asiento del copiloto, tuve que cerrar fuerte los ojos. Empezaba a marearme, como de costumbre.