Sin ella

61 9 0
                                    

Me encontraba sentado en el sillón que estaba justo enfrente de la tele, la miraba, pero no acababa de comprender lo que pasaba en ese programa de entretenimiento.
Hacía 1 mes que no veía a Jane. Las primera semanas me sentía muy vacío, demasiado. Mi padre me prohibía ir a verla, mantenía que era una asesina, que me había engañado. Al principio estaba muy enfadado, no le hablaba, pero al final pensé que tal vez tenía razón y debía alejarme de ella.
Anna me había perdonado, ya que cuando empezaba a sentirme mejor fui a su casa a hablar con ella sobre lo que nos había pasado la ultima vez que visité a Jane.
-He pasado algunas cosas que son difíciles de superar Anna, por eso te traté así, pero te aseguro que no es tú culpa. -Ella no me miraba a los ojos- Creo que tengo que contarte donde estuve hace poco... Y lo que me pasó.
-No hace falta...- La miré sorprendido.
-¿No?
-No, tu madre me lo contó todo el otro día. Es horrible que te metieran en ese sitio tan injustamente, no puedo ni imaginarme lo que fue para ti estar ahí... Pero yo quiero ayudarte a olvidarlo, un poco aunque sea.
Por un lado estaba molesto con mi madre, pero por otro me había quitado un peso de encima.
-No creo que puedas ayudarme, han pasado demasiadas cosas.
-Si no te pasaran cosas no estarías vivo Scott -Rió un poco- Pero las cosas malas tienen que superarse, y tu vas a conseguirlo.
-¿Se puede saber porque me tratas tan bien, a pesar de que lo único que te doy yo son problemas?
-Porque te quiero mucho Scott- Sonrió y me la quedé mirando.
Mis labios se lanzaron impulsivos hacia los suyos, no entendía porqué, mi teoría fue que llevaba tanto tiempo sin besar a Jane que buscaba consuelo en cualquier boca.
Y así fue el primer beso que me di con Anna, y un mes después allí estaba, esperándola, y había conseguido que mis padres se fueran un rato para poder estar a solas con ella.
Sonó el timbre, y abrí con una sonrisa. En cuestión de segundos la tenía abrazada a mi cuello y era incapaz de hablar, ya que su boca me lo impedía.
Subimos las escaleras besándonos, la tumbé en mi cama y rápidamente se quitó la camiseta haciendo que su pelo se despeinara un poco. Me la quedé mirando.
-Que pasa?- Dijo dejando la pieza de ropa en el suelo.
-Que eres guapísima- Respondí sonriendo y me tumbé a su lado.
Yo la acariciaba y ella me besaba el cuello dejándome algunas marcas, las cuales después tendría que explicar a mi madre.
Veía venir lo que estaba apunto de pasar, así que fui a la habitación de mis padres y empecé a buscar en los cajones. Desordené todo como un desesperado, pero por lo visto no tenían condones. Busqué un poco más, esta vez por unos cajones de debajo de la cama. No encontré lo que buscaba, pero hubo algo que me llamó la atención.
Había revisado esos cajones muchísimas veces, pero nunca había visto esa caja azul con topos negros. Como no, decidí abrirla. Habían 2 hojas de papel y 3 sobres blancos que supuse que contendrían mas hojas. Intenté leer una de ellas, pero se me hizo difícil ya que había muy poca luz, encendí una lampara de la mesita de noche.
Cada palabra, cada frase me volvía más pálido, y hacia que mis manos temblasen y que el horrible mareo, que no sentía hacía semanas, apareciera de nuevo.
-Me vas a tener mucho rato esperando?- Escuché una risa detrás de mí, sentía la mirada de la rubia, pero yo era incapaz de mirarla, esas letras me tenían demasiado atrapado.

Mi experiencia con Jane Brown.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora