Un consejo.

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No le expliqué a mi padre lo que había pasado, quería que pensase que estaba todo bien, si se lo hubiera contado habría sido como darle la razón en todas sus teorías sobre Jane.

Durante un tiempo fui a visitar a Jane unas dos veces por semana, pero en ninguna ocasión conseguí que aceptara verme. Una de las tardes consiguieron que entrara a la sala, pero en cuanto me vio se fue corriendo al grito de "¡No me podéis obligar!"
Me preocupaba su salud, no quería que hiciera nada raro y quería solucionarlo todo, pero no podía.

Una tarde me encontré con Brenda, en la puerta de atrás del centro, mientras hacía tiempo para que mi padre pensara que estaba hablando con Jane.

-No te lo tomes como algo personal chico, esa chica no está bien de la cabeza.- Decía ella mientras fumaba, esperando a que su marido llegara a recogerla.

-No está mal de la cabeza, si lo estuviera no la habrían sacado de la celda para locos.- La miré bastante mal.

Ella no respondió, simplemente me miró y dio una calada a su cigarro, así que volví a hablar yo:

-¿Como está Jane?

-No voy a mentirte chico,los psicólogos están preocupados, le están haciendo más pruebas.-La miré sorprendido, mas que nada porque no pensaba que fuese a contestarme a la pregunta- Se niega a comer, en el recreo está siempre sola y si alguien se acerca a ella le grita o le muerde, está más agresiva que nunca y ahora encima parece que ha empezado a hablar sola -Rió un poco, pero fue una risa forzada y un tanto irónica- Su compañera de celda está aterrorizada, pobrecita, la verdad es que da bastante miedo.
-¿Está así por mí?
-Si te digo la verdad, no lo creo. Tal vez un poco sí, pero ese comportamiento no lo has generado todo tú.

-¿Que vais a hacer con ella, vais a tratarla o algo?

-Lo están pensando. Pero no puedo decirte nada sobre eso chico, creo que ya te he dicho bastante.- Me hablaba amablemente, se notaba el cambio que daba cuando salía del centro.

-Bueno, no importa, gracias Brenda.

-De nada.- Se levantó de la escalera en la que estaba sentada, había llegado su marido.- ¿Puedo darte un consejo?

-Supongo, dime.

-Olvídala, como te dije el día que saliste, vive tu vida normal. Mantente alejado de mentes enfermas y serás más feliz.- Sonrió, me dio unas palmaditas en el hombro y subió al coche.

Esa noche la pasé en casa de Anna, sus padres no estaban. Llevábamos horas tirados en su cama, riendo, besándonos, viendo la televisión...cuando de repente se creó un silencio incomodo.

-¿Adonde vas por las tardes con tu padre?- Así ella consiguió romperlo.

-¿Qué? ¿De que hablas?- No estaba disimulando, no lo entendía.

-Últimamente he visto que aveces te vas con él, siempre a la misma hora.

-Ah sí, vamos a visitar a mi abuela, está enferma.

Me miró seria, y negó con la cabeza.

-¿Porque me ocultas que vas al correccional? - La noté decepcionada

-¿Qué dices?

-Le pregunté a tu padre, me dijo que vas a visitar a un amigo. ¿Porqué me lo ocultas?

-No se Anna, esque no me apetece hablar del centro ¿Vale?- La abracé, haciendo que ella apoyara su cabeza en mi hombro.

-Me ocultas algo, lo se...- Ella mantenía su mirada fija en el suelo.

-Te quiero mucho, ¿Lo sabes no?- Preferí no seguir con la conversación, la besé tiernamente.

Dormí abrazado a ella, nos dejamos la televisión encendida.
Las palabras "Te quiero", las cuales había dedicado hacía pocas horas a Anna, se repetían sin pausa en mi sueño, acompañadas por la escena que había vivido con Jane la ultima vez que nos habíamos visto.

Mi experiencia con Jane Brown.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora