Letras.

59 9 0
                                    

Anna tuvo que llamar mi atención dándome un leve golpe en el hombro. En realidad hacía varios minutos que había parado de leer, pero seguía mirando esos papeles llenos de tinta.

Era ella. Eran sus letras. Eran sus palabras.

La rubia estaba sentada a mi lado, me observaba atentamente, cuando noté que su mirada se trasladaba a la carta que tenia en mis manos. Antes de que ella pudiera leer algo volví a guardar esos papeles en la caja, no quería que supiera nada de Jane. Sin decir palabra me fui a mi cuarto.

-Scott, que pasa? Que era eso?-Decía Anna, siguiendome.

Yo no le respondí, y me senté en la cama abatido.

No lo podía creer. Cuando la estaba superando, cuando todo iba bien, el destino se había propuesto hacer que ella no saliera de mi vida.

Anna se puso su camiseta y se sentó a mi lado. No dijo nada. Supuse que no tenía nada que decir, porque no entendía nada.

-Perdón... - Fui el primero en hablar.

-Tranquilo Scott, yo me voy para que puedas estar solo.

-No, no hace falta...

-Sí, sí hace falta Scott. Si después quieres hablar ya sabes donde estoy- Me dio un beso en los labios y bajó por las escalera. Poco después escuché el ruido de la puerta principal al cerrarse.

Durante 3 horas no me levanté de esa cama, simplemente me dediqué a leer las cartas de Jane una y otra vez.

"Hola Scooter!" "Te hecho de menos Scooter" "¿Porque no vienes a verme Scooter?" "¿No me quieres Scooter?" "Estoy muy mal Scooter".

La figura de mi padre atravesó el marco de la puerta, y me miró. Al ver la expresión con la que le devolví la mirada se dio cuenta de que no iba todo bien.

-¿Estás bien? ¿Has discutido con Anna?

-No- Fue mi respuesta.

-¿Entonces? ¿Que ha pasado?

No respondí. Simplemente le tiré las cartas de Jane, las cuales cayeron a sus pies.

-¿Has estado revolviendo en mis cajones?- Dijo él, enfadado.

-Exactamente.- Me levanté quedando justo delante de él, mirándole desafiante.- Son de ella, ¡¿Porque coño las tienes tú?!

-Era mejor así Scott...

-¿Así como? ¿Engañado?- Yo apretaba mis puños.

-Protegido.

Tenía muchas ganas de lanzarme sobre él y destrozarle la cara, pero no pude, en el fondo era mi padre. En vez de eso me acerqué mucho a él para asustarle, cosa que había aprendido de Jane.

-Llévame a verla.- Le exigí.

-No voy a hacer eso Scott... tienes que superarlo.

-Llévame o te juro que no vuelvo a hablarte nunca más.

Mi padre me miró, calló un segundo ,y asintió. Pude ver a mi madre asomando la cabeza por la puerta, observando la escena.

Esa noche no dormí, no me apetecía tener pesadillas, y esa era la única manera de impedirlo.

A las 5 de la tarde del día siguiente ya estaba llegando al correccional Sumber, y tenía miedo de que Jane me odiara por no haber ido a verla en tanto tiempo.

Estaba sentado, y cuando la vi mis piernas empezaron a temblar. Se lanzó hacia mi y me abrazó mas  fuerte que nunca, al grito de "Scoooooteeeeeer!" Cosa que me pareció rara, pero me alegró.

-¿Donde te habías metido? Estaba preocupada, pensaba que te había pasado algo. - Acariciaba mi mano.
-No Jane, no me ha pasado nada.
-¿Recibiste mis cartas? Me costó mucho que me dejaran enviártelas tan seguido, pero lo conseguí- Sonrió triunfante, como una niña pequeña a la que se le acababa de caer un diente.

Bajé la cabeza y le conté todo lo de las cartas que había escondido mi padre, sus ojos se volvieron rojos de furia.

-¡¿Porque tu padre me odia?! -Lloraba ella.- ¿No se suponía que iba a ayudarme a salir?

-Jane...- Me miró confundida cuando escuchó mis palabras.

-¿Porque? ¡Me odia!-Gritaba ella. Seguían cayendo lagrimas de sus ojos.

-Jane... Necesito que me cuentes la verdad, toda la verdad.

-¿Sobre que?- Se secó las lágrimas.

-¿De verdad eres inocente?- Fui al grano.

-¿Que pasa? ¿Dudas de mi?- Percibía que volvería a llorar.

-Quiero la verdad Jane, solo la verdad.

Mi experiencia con Jane Brown.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora