s i e b e n

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Había pasado el día regando las pequeñas plantas que mis padres tenían en las ventanas de la casa, había almorzado con ellos, también vimos televisión y platicamos bastante hasta que papá tuvo que ir a su oficina.

Mamá y yo nos quedamos en casa. Se ofreció a peinarme, cosa que al parecer extrañaba. Por algún extraño motivo, mi mamá disfrutaba de atenderme. Quizá porque era su única hija, no lo sé. Lo único de lo que estaba segura era que cada vez que me acariciaba o -en este caso- peinaba mi corazón se calentaba. No importaba si pasaba un mal día, con una sola caricia de mi madre esto se podía arreglar.

Me hizo dos trenzas dividiendo mi cabello en dos mitades casi exactas. Inmediatamente después de haberse entretenido con mis finos cabellos decidió echarme de la casa bajo la excusa que debía estudiar. Para eso ya habrían sido las 3:45 pm. Tenía que dirigirme al autoservicio apenas llegara a mi casa y me cambiara.

🍂

— Taehyung, solo 5 minutos más —rogué con las manos juntas.

Viró su vista hacia mi por un par de segundos antes de negar con la cabeza tan fuerte que pensé que se le dislocaría. Volteó el cartel enseñando la palabra «cerrado» a la calle.

— Es hora de irme —dijo Taehyung y sonrió acariciando mi mejilla—. Cuídate.

Tomé mi bolso del mostrador con pesadez, era consciente que TaeHyung no iba a cambiar de opinión aún así me tirara al suelo implorándole. Tampoco iba a ser tan exagerada como para hacerlo así que pensé en irme a casa con él, pero ya se había ido apagando la luz del lugar y dejándome a oscuras.

A veces se me hacía irritante que no fuera de mente abierta a las opiniones de los demás. Pero era algo, ¿normal en él? Lo quería bastante y si él era capaz de soportarme yo también lo era.

Pensé en YoonGi con tristeza. Pues seguro cuando llegara pensaría que estaba molesta con él o algo así. No quería esperarlo, tenía sueño y las calles oscuras simplemente era espeluznantes. Salí del autoservicio cerrando la puerta con llave y dejándola en un agujero de la pared lo suficientemente inaccesible para los que desconocían su ubicación. Eché a andar calle abajo para dirigirme al autobús, jugaba casi sin darme cuenta con mi trenza derecha.

—¡MinSoo! —mis pasos se detuvieron para curar la vista. Tras de mí, llegaba trotando un chico pelinegro. YoonGi se plantó allí y ladeó su cabeza— Apenas te reconozco.

Miré la punta de mi pelo atado y enlazado. Con una breve sonrisa lo dejé en su sitio—. Me gustan las trenzas.

— ¿Pensabas dejarme con la puerta cerrada? —el cambio de tema me sorprendió un poco pero lancé un suspiro en respuesta.

— No era eso —hice movimientos circulates sobre mi sien—. TaeHyung había cerrado, así que no pude lidiar con sus caprichosos deseos.

— ¿Entonces te estabas yendo porque él, prácticamente, te obligó?

— Yo no lo vería de esa forma.

— Tengo hambre y pensaba comer algo de frituras. Pero viendo que ya han cerrado, acompáñame a comprar una hamburguesa —soltó rápidamente volviendo a cambiar de tema.

— ¿Me comprarás una?

— Vale —asintió con cansancio—. Ven, Roshi está a la vuelta de la manzana.

— ¿Quién es Roshi? —pregunté empezando a caminar a la par de él.

— Estás a punto de conocerlo.

My Laws → Suga - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora