CAPÍTULO 11

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SARAH

Cuando volví a voltear estaba a tan solo unos centimetros de mí, con las gotas de agua recorriendo por su cuerpo, me miró directo a los ojos y mi estómago se retorcio ¿qué mierda me pasa ,por qué me siento así a su lado? Aquella electricidad recorrió todo mi cuerpo cuando se acercó tanto que nuestros labios se rozaban, por dios ¿qué es lo que me pasa? ¿qué trata de hacer este chico? Cuando iba a besarme lo empuje.

- ¿Qué tratas de hacer? ¿seducirme? -le pregunté molesta poniéndome de brazos cruzados, estaba enojada porque cree que me puede manipular con su belleza y además de eso, porque estaba funcionando, me enojaba no tener control de mi cuerpo cuando lo hacía, cuando me provocaba. Pero yo no era fácil, éste chico no me conoce, no sabe que tengo mucha fuerza de voluntad, que no era fácil dominar mi mente, pero bueno ,no podia negar que me atraía y mucho, pero no era nada más físicamente, me gustaba cuán inteligente era y como me hacía sentir pequeña junto a él, pero primero debía pensar antes de sentir, porque mi corazón no sabe lo que mi cabeza si.
Después de preguntarle el muy idiota solo sonrió. Por dios solo mira su maldita sonrisa, es tan perfecta, ya Sarah controlate, me regaña mi subconcia. Él se volteó y fue hacia su placar donde buscó ropa, solo entonces vi que tenía un pequeño tatuaje en uno de sus hombros, era una frase, "estoy sentado en silencio pensandote a gritos", wuau que frase.

- ¿Y ese tatuaje en tu hombro? -si lo sé la curiosidad siempre me azechaba.

- Curiosa la niña -comentó aún de espaldas, contuvo una carcajada y dejó caer la toalla la cual impedía que estuviera completamente desnudo, me volteé rápidamente por autoreflejo.

¿Qué mierda?

- Ya deja de hacer eso! -le advertí ahora si enojada.

- ¿Qué cosa? -preguntó juguetón. Giré los ojos no queriendo caer.

- Deja de tratar de seducirme desnudandote porque no lo lograrás -le dije recta y desafiante.

- Eso crees tú -

- Por favor no quiero llegar con esas imágenes en la cabeza a la preparatoria -dije con inocencia.

- O mojada -habló para después reir.

- ¿A qué te refieres con eso? -le pregunté molesta, pero sabía a lo que se refiere.

- Sabes perfectamente a lo que me refiero -habló lento a centímetro de mi oído causando aquella vibración en mi cuerpo que me gustaba. Me volteé para enfrentarlo y éste ya tenía ropa puesta, se sentó en la cama para poder ponerse sus zapatillas negras con más comodidad.

- Sabes pensé que eras diferente, pero veo que eres el mismo idiota mujeriego que se cree la gran cosa -lo insulte y el rió.

- Vez ,por eso me gustas -dijo de la nada y lo miré con el ceño fruncido, a caso dijo que ¿le gusto? ¿o escuché mal?

- ¿Te gusto? -le pregunté un poco nerviosa pero con una voz pícara y una sonrisa malvada.

- ¿Qué? -se puso nervioso- no ¿de dónde sacas eso? -preguntó desinteresado y con la voz temblorosa, es obvio que si, esperen le gusto al chico maloo!!! era hora de jugar.

Me eché a reir y lo miré a los ojos, presionandolo.

- Lo acabas de decir -le dije y me senté en una silla rotativa ubicada frente a él, este me miró con evidente deseo a mis piernas que las crucé con lentitud.

- Escuchaste mal -sé negó a aceptarlo. Se levantó de la cama y se cambió de camiseta negra, trucos que no caeré.

- Tal vez, tal vez no -seguí echando leña al fuego para ponerlo más nervioso porque era divertido verlo caminar de aquí para allá.

- Maldición -sé quejó y soltó un gran suspiro de rendimiento- si Sarah me gustas -dijo y yo le sonreí con una alegría que generaba cosquilleos en el cuerpo.

OMG ENSERIO LE GUSTOOO!!.

SAM

Muy bien, lo dije ,sin más vueltas ni más excusas, era cierto me gustaba y tal vez sea por su inocencia, por su forma de hablar, en la manera que ríe y sonríe, de cómo me mira con sus hermosos ojos verdes, por su sarcasmo y rudesa, por ser tan recta a la hora de decir lo que pensaba, tan difícil de conquistar. Además me hacía reir y la verdad nunca nadie pudo hacerlo de equella manera, tan seguro. Y se sentía bien estar cerca de ella, fue inevitable que no me gustara. Me hacía sentir la necesidad de protegerla, hacerla reir, hacerla feliz hacerla mía, no podía seguir ocultando que me agradaba mucho si compañía, ahora ya lo sabe , además estaba seguro que ella también sentía lo mismo por mí. Esa electricidad ,esa sensación de liberación cuando sus labios tocan los míos o cuando nos mirábamos directo a los ojos. Debía saber qué era realmente lo que sentía por ella, porque estaba seguro de que no era solo atracción física ni porque quería vengarme de Augusto, esto era algo diferente y me asustaba, pero a la vez me emocionaba.

- Ah mira tu que interesante -dijo con egoísmo y una sonrisa.

- Sé que también te gusto -le dije con sensualida y ella solo arqueo una ceja, por dios como no enamorarme de ésta chica, que me desafia sin miedo y eso solo me atrae más a ella y a sus labios venenosos. Espera un segundo ¿estoy enamorado?

IMPOSIBLE!

- Ya quisieras -soltó, me acerqué a ella, quien tragó saliva, coloqué mis brazos a cada lado de su cuerpo para que no tuviera escapatoria ,aunque sabía que no lo haría, le gustaba sentir aquella sensación tanto como a mi. Acerqué mis labios a los suyos y la besé, aquel escalofrío en el cuerpo se hizo presente, dios era la experiencia más caliente y apasionada que he experimentado, no solo quería acostarme con ella, quería darle mis deseos más profundos, quería que disfrutara mi compañía
Tomó mi cuello con sus manos y me besó con mas intensidad, la tomé de los muslos y la levanté, retrocedi hasta sentarme en la cama con ella sobre mi.

¿Qué ah hecho ésta chica conmigo?.

- No puedes seguir ocultandolo niña esgrima -le dije cuando despegue mis labios de los suyos. Ella sonrió enormemente.

- Bien niño condón -soltó y ambos reimos- me gustas pero eso no quiere decir que ésto sea una boda -dijo y sonrió. Lo sabía maldición.

- Tal vez dentro de unos años quien sabe -dije con desdén y ella mordió su labio inferior no queriendo reír.

- No sabía que eras religioso también -comentó pensativa.

- No lo soy, pero es algo que pueda considerar -respondí con simpleza.
Intenté besarla pero me puso su dedo indice en mis labios deteniendome.

- En ese caso ,nada de beso hasta después de la cita -dijo muy decidida y yo solo le sonreí, okey nunca había tenido una cita, bueno si las tuve pero ésto era diferente, la chica me gustaba, a diferencia de las anteriores.

- ¿Ni un corto beso? ¿nada? -pregunté haciendo puchero y ella soltó una carcajada, dios amaba su risa.

- No -volvió a negarse a darme mi dosis y entonces le hice ojo de cachorro- eso no funciona conmigo -dijo y gruñi.

- Bien -solté con pereza- ésta noche en mi casa, cena a las 8 ¿okey? -hablé seguro y ella asintió- bien vamos a la preparatoria -dije mientras me eché la mochila al hombro, bajamos las escaleras deprisa, ya que solo faltaban quince minutos para nuestra primera clase a la cual obviamente no ibamos- SUCIEE!! YA ME VOY -le avisé a mi más grande aprecio antes de salir. Sucie era mi nana,lo fue en su tiempo, ahora la trataba como mi madre, siempre me apoyó y eso, pero lástima ,solo estaba muy poco tiempo aquí en la casa últimamente, me ha cuidado desde que mi madre murió, que fue a los once, la apreciaba mucho.
Sarah y yo subimos a mi auto y nos emprendemos directo a algún lugar que no sea la aburrida preparatoria.

Mi Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora