41-sueño...

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SAM

Y si, quería que todo eso acabara de una vez, no podía seguir. Cuando estaba con ella, sonriendo y riendo, pude imaginar un futuro donde era feliz, per no, sentí eso muy lejos en cuanto ella derramó las primeras lágrimas , comprendí que sólo era parte de mi imaginación y que esa era la cruda realidad. Mi vida no podía ser más mierda, mi pasado afectó mi presente y debía aceptarlo ,aceptar de que siempre será así, siempre que tenga a alguien a quien verdaderamente amo terminará yéndose o yo lo haré, por el simple hecho de que soy un maldito cobarde y no puedo con esas putas cosas.
El miedo corría mi cuerpo en cuanto pienso que Sarah se iría como mi madre y que por mi causa ella terminaría así. Si yo no fuera un puto malcriado, el accidente no se presentaba, el sufrimiento de mi madre al verme en la camilla, la discusión entre mis padres, su intacto divorcio ni el puto accidente que terminó con ella. Todo era mi culpa. Sarah no merecía a un tipo como yo, no merecía sufrir ni estar llorando por estupideces, ella merece ser feliz, debo dejar que sea libre que pueda ser quien ella quiera y que no esté aferrada a una persona que solo trae mal a su vida, quiero eso y si debía irme al otro extremo del mundo lo aré, yo moriría por ella.
Estacione mi Ferrari frente a su casa y ella bajo sin decir nada. Rápidamente yo también lo hice, entré a su casa sin permiso y subí a su habitación.

— ¿qué haces? —preguntó confundida siguiendome. Busqué con mi vista hasta que lo vi, lo tomé en mis brazos he intenté salir.

— es mejor así —dije y ella me lo quitó.

— éste oso es lo único que me queda de esos buenos momentos ¿también quieres quitarme eso? —preguntó con lágrimas aferrandoce más al estúpido oso de felpa.

— Sarah, es por tu bien —dije y traté de quitárselo pero me lo impidió—Maldita sea Sarah no seas terca —me queje.

— tú no tienes derecho a decidir con mis cosas, me lo regalaste, me pertenece —me gritó. Sus lágrimas cayeron y sentí mi pecho contraerse. Me sentí tan estúpidamente débil.

— si te lo quedas será más difícil, entiendelo —intenté convencerla.

— pero yo no quiero olvidar y no lo intentaré porque sé que no podré , soy una inutil —sus palabras me golpearon.

— niña egrima ya basta, no vuelvas a decir eso, eres la persona más inteligente y fuerte que conozco, solo dame el maldito oso y me iré —dije arto.Ella negó con la cabeza— no quiero que estés aferrada con esos momentos, no sabes lo horrible que es vivir en el pasado —dije sincero y ella solo me quedo mirando.

— yo...no quiero olvidar esos momentos...en los que fuimos felices —hizo una pausa y miró al oso— sé que me hará daño no poder regresar atrás, pero este oso me recuerda como eres enrealidad —me miró y sonrió apenas— ¿recuerdas cuando entramos en la casa de los espejos? —ambos nos sentamos en la orilla de la cama— cuando tú te chocaste con varios de ellos —ambos sonreimos débilmente— cuando tuviste que subir, por obligación... —rió con lágrimas— a la rueda de la fortuna —sonreí— a los autos chocadore donde casi matas a todos —bromeó y ambos reímos— nunca voy olvidarlo porque fui realmente feliz, tampoco olvidaré nuestro primer beso, en la puerta de la biblioteca —mis recuerdos me invadieron de repente y estaba a punto de arrepentirme de mi desicion pero cuando vi el dolor en sus ojos, no tuve opción que hacerlo.

— si ésta será la última vez que nos veamos, no quiero que sea entre lágrimas —dije y ella me miró ,ambos mantuvimos la mirada por un par de segundos.

— dicen que si la despedida es larga, más costará olvidarlo —me sonrió— pero no quiero olvidar —y me besó. Sus manos fueron directo a mi cuello y las mías a su cintura. Creí que no sería adecuado pero no quería que quedara con un mal recuerdo de la última vez que nos vimos.
Hicimos el amor, lo hicimos hasta agotarnos, hasta derramar la última gota de sudor en sus sábanas que olían a ella. Sus gemidos ,jadeos y gritos de placer, sus uñas desgarrando mi espalda, sus ojos que me miraban con ternura, su piel, su cuerpo todo de ella lo extrañaría incluso sus regaños y enojos, ella se había incrustado demasiado en mi y sabía en el fondo que solo ella pudo y siempre podrá enamorarme porque ella era única.

Mi Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora