SARAH
Era domingo por la noche, las 8 para ser exacta, estuve todo el día de ayer pensando en Sam al igual que hoy, no me había vuelto a hablar, no me llamó y siquiera un mensaje, me sentí ignorada, pero por otro lado decidí darle su espacio y su tiempo, no presionarlo. De repente un mensaje entró en mi teléfono iluminando la habitación a obscuras, lo tomé y vi que era de un número desconocido.
Baja y abreme la puerta niña esgrima.
Al instante me incorporé. Era obvio de quien se trataba, me coloqué mi bata y bajé silenciosamente ,observé por la pequeña ventana que había junto a la puerta de entrada y si, era él. Abrí nerviosa y al instante noté como sus ojos bajaron a mi ropa de dormir ,que por cierto no traía sostén. Sentí vergüenza y me cubri.
— ¿qué haces aquí niño condón? —le pregunté provocando una gran sonrisa.
— solo vine a ver a mi novia —dijo las últimas palabras con énfasis— ¿puedo pasar? —preguntó con inocencia, deje que pasara y al instante en que cerré la puerta me acorralo con sus brazos— lamento no haber venido ayer tuve que atender algunos asuntos —me susurró causando que mis bellos se ponga de punta. Podía oler su aroma varonil y tener tan cerca hacía que todo mi cuerpo sea sumiso de él.
— está bien ni que fuera a morir —bromee con una sonrisa nerviosa. Y lentamente acercó su rostro al mío mirándome a los ojos como pidiendo permiso, cerré los ojos y lo besé, comenzó lento y apasionado como si no nos hubiéramos visto en meses, me tomó de la cintura y me estrelló con su cuerpo caliente, solo tenía una chaqueta desprendida y una camiseta. Su beso comenzó a ser más caliente y brusco, me apretó más a él, seguro sentía mis pechos y mis pezones erectos por la fricción de la tela y lo caliente que me había puesto. Me tomó de las piernas y me elevó a sus caderas, camino lentamente hasta el sofá de la sala que se encontraba casi a obscuras, seguimos nuestros besos hasta que sentí una dureza entre mis piernas, aquello me desequilibro pero logré detenerme, me separé de él y tan solo nuestras respiraciones agitadas era lo único que se oía.
— creo que eso recompensa mi ausencia —susurró ronco y me dio un pequeño beso en mis labios. Bajé de su regazo y suspire hondo para calmar mis hormonas— saldré con unos amigos ésta noche —comentó de repente— ¿vienes? —
— por supuesto que no, mañana hay clases —me negué.
— como tú quieras —habló despreocupado— llámame si cambias de opinión —sentí su mano acariciar mi muslo.
— claro —dije colocando mi mano sobre la suya. Lo acompañe hasta la puerta donde volvió a besarme de esa forma que tanto me gusta.
— te veo mañana niña esgrima —sonó contento.
— hasta mañana niño condón —él rió al igual que yo, fue directo a su Ferrari y se fue, llevando con él mis deseos más profundos.
-
Desperté por el maldito sonido de mi celular, abrí mis ojos lentamente, lo tomé y vi que era "Desconocido" pero sabía de quien se trataba, atendi mirando el reloj de la mesita de luz, las 1 de la mañana, dios porque a mí.
— ¿sabes que hora es? —le pregunté somnolienta y molesta.
— disculpe la molestia ¿usted conoce al dueño del número? —preguntó una voz grave y escalofriante al otro lado de la linea.
— si —respondí preocupada.
— ¿es su novio? porque está tirado en el piso de mi bar ,ebrio y diciendo su nombre y algunas cosas vulgares sobre usted —contó y al instante me puse roja de la vergüenza. Maldita sea Sam.
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Mi Amor Peligroso
RomanceSiempre creí que el amor era algo sin importancia, que la vida no dependía de ello y que solo es imaginario, una mentira que te dicen y que solo dura un determinado tiempo, para mi lo importante es tu fuerza de voluntad, en salir adelante , poder en...