29-volver...

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SAM

El beso parecía eterno y algo en mi volvió, esa sensación de libertad ,la sensación de estar completo, Sarah había logrado ser parte de mi, me encariñe con ella en tan solo unos días, ella me hizo sonreir hasta en las peores situaciones. La realidad era que un ángel se enamoró  de un demonio, quien quiere que permanezca con él porque junto a ella sentía que estaba en el cielo y no en el infierno al cual estaba condenado a muerte. Ella había despertado sentimientos en mi, unos muy profundos ,creí que jamás me enamoraria, no lo estaba ,o tal vez si, no quería aceptarlo y no lo haría. Pero si que esa era una experiencia sensacional, entendí porque tanto el tema de enamorce, pero no sabía si las cosas estarían bien, no quería  dañar a Sarah, ella era muy buena y dulce, era demasiado para una mierda como yo, pero me gustaba.
Me separé con el calor palpitando en el pecho y entré pierna.

— a pesar de todo, estoy aquí para ti —me susurró— pero necesito que entiendas y respetes cada desicion que tome —me miró con esos preciosos ojos verdes que al instante me hicieron rendirme.

— lo dices por el idiota, mientras no trate de buscarme pleito o trate de cruzar la linea contigo, por mi está bien, pero no convivire con él —le dije serio. Ella apenas sonrió y asintió. Pero por dentro me comía el rencor, quería matarlo por toda ésta semana de mierda que pasé sin ella.

Salimos del vestidor de la mano, sentí a mi colegas mirarme con una sonrisita, espero que después no me estén tocando los huevos por ella.

Por dios, como no la van a mirar si ese vestido le queda tan sexy, jugaba con mi autocontrol y todas mis hormonas.

Rodeamos el rig para salir de aqui, no habia tanta gente asi que fue fácil, varios me felicitaron por la pelea y algunos me miraban asombrados, no se esperaban a que lo derrotara. El idiota de Leo me debía una, no sabía porque acepte esa pelea, a claro, el idiota me inscribió sin mi concentimiento y con un nombre ridículo. Bueno ,cuando salimos lo primero que vi fue al imbécil de Augusto, con Rachel, Britt y Piliph.
Caminamos hasta ellos mientras mantenía mi rostro serio . Cuando llegamos todos me miraron disgustado.

— te estábamos esperando para ir a la fiesta ¿vamos? —le dijo Augusto a Sarah como si yo no estuviese.

— no —soltó incómoda— saldré con Sam —sonreí de lado al oírla— disfruten de la fiesta ustedes —sé despidió e intentamos irnos pero como se que Augusto no le gusta perder ante mi, la detuvo.

— ¿estás segura? La estábamos pasando bien —le dijo con ese rostro de mendigo el cual quise hundir mis nudillos.

— la pasará mejor conmigo —hablé egocéntrico y la tomé de la cintura, Sarah me lanzó una mirada de adviertencia, pero como soy terco e hijo de puta trato de verme firme ante este idiota— que tenga una linda noche —dije aún con mi sonrisa malvada ,me llevé a Sarah lejos mientras ella se despedía más incómoda que antes.

— ¿por qué dijiste eso? Quedé como una golfa —se molestó.

— no digas eso —me detuve y ella me miró sería— que importa que piense la gente, tú y yo sabes perfectamente lo que hacemos y lo que no, a la mierda la gente —solté enojado.

— sé que lo dijiste por molestar a Augusto —habló más tranquila.

— tú me conoces —le sonreí— no podía perder la oportunidad de restregarle en la cara que eres completamente mía —dije con tranquilidad. Ella rodo los ojos.

— eres muy posesivo —sonó preocupada. La miré pero ella a mi no.

— solo reclamo lo que es mío —dije despreocupado.

Mi Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora