CAPÍTULO 12

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                          SARAH

— ¿Quién es Sucie? —le pregunté  cuando arrancó el auto y salió de la propiedad.

— Mi segunda madre —sonó algo triste.

— No quiero meterme en tu vida familiar pero es que la curiosidad siempre está —le dije mirando la carretera, nos detuvimos en un semáforo y me miró.

— Mi madre murió hace siente años y mi padre nunca me cuidó solo pensaba en su puta empresa y que yo tuviera la capacidad de manejar su empresa algún día, pero Sucie siempre estuvo conmigo, aun que no todo el tiempo también tiene una familia y una vida —contó y yo solo me quedé mirándolo— en teoría es mi nana —dijo y yo sonreí.

— Lamento lo de tu madre —hablé apenada por tocar temas sesibles— te entiendo el alcohólico de mi padre murió también hace.... siete años —digo seria y él me miró. Es una coincidencia ¿o no?

— Si, es horrible perder a una persona —dijo para luego acelerar ya que el semáforo se puso en verde.

— Si —el ambiente se puso serio, frunci el ceño cuando tomó una carretera vacía ¿dónde carajo me lleva?— ¿a dónde vamos? —pregunté  y él sonrió.

— A divertirnos —habló para luego colocarse unos lentes obscuros.

— Oye, vamos a la preparatoria, no quiero faltar a clases —solté enojada, no quiero que mis altas notas desciendan.

— Tranquila niña gruñona, solo serán dos clases a la que faltaras nada grave —dice sonriendo, estaciono frente a una playa vacía y noté a lo lejos un parque de diverciones en el muelle ¿enserio? Amo los parques de diversiones.

— ¿Un parque de diversiones? — pregunté con ironía para que no se notara la emoción. Después de que mi padre murió nunca fui a un parque de diversiones, ni mucho menos a éste, porque eso solo me haría recordarlo y fue un maldito alcohólico la mayor parte del tiempo.

— Si ¿algún problema? —me preguntó sonriendo.

— Es que mi padre me trajo aqui un par de veces, cuando estaba lúcido —dije con trizteza al recordar los momentos felices que pasamos aquí , aun que era alcohólico lo quería, porque era mi padre , si no fuera por él yo no estaría aquí , en este maldito mundo ,además fue mi héroe por un corto tiempo. Mis recuerdos llegaron y una lágrima cayó al recordar el accidente.

— ¿Estás bien? —me preguntó tomándome de la barbilla obligandome a mirarlo a los ojos— si quieres podemos ir a otro lugar —habló serio— mi madre también me traía aquí, por eso vengo de vez en cuando para mantener vivo esos recuerdos que no quiero olvidar —confesó con sinceridad.

— Vamos —dije al final, quería divertirme y tratar de distraerme.

— ¿Segura? —me preguntó más serio.

— Si claro, pero yo elijo los juegos y tú tendrás que subir si o si —solté y él gruñó, reí y salimos del auto, caminamos hasta ingresar ,todo hermoso como lo recordaba. Así pasamos cuatro horas subiendo a juegos ,nos reimos nos divertimos, Sam intentó besarme varias veces pero no lo logró, fue divertido. El juego que más me gustó fue en los autos chocadores, debí admitir que Sam sabía conducir muy bien. Me obligó a subir a la montaña rusa, entrar a la casa de los gritos, a la de espejos, en esa nos chocamos con los cristales, me reí bastante.

Ahora estábamos caminando por la playa vacía, yo con un algodón de azúcar y Sam con un enorme oso rosa, el cual ganó en un juego, fue raro tenía demasiada punteria y sabía como manejar el arma, no le erró a ninguno y por eso ganó el oso ,que ahora es mío . No podía creer que falte a clases, pero valió la pena, pude olvidar todo de mi padre y divertirme con Sam.

Mi Amor PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora