SAMAl parecer no le dio importancia sobre las carreras, esas copetencias arruinaron mi infancia, pero de algo sirvió.
— Hay mucha curiosidad en tus ojos —dije viéndola jugar con su café, ella me miró y una falsa sonrisa se escapó de sus labios.
— Si bueno, es que eres más de lo que creía ,y quiero conocer más cosas de ti, pero no quiero incomodarte ni nada de eso —habló seriamente. Ésta chica me entiende demasiado, pero sé que no aguantará tanto y yo ,por otro lado, no quería recordar aquellos sucesos en las carreras, pero era Sarah, no quería que dudase de mi, quería todo lo contrario. Tal vez contándole mis penas, a pesar de que eso dolerá ,se daría cuenta que confío en ella y necesito que ella confíe en mi, porque no iba a descansar hasta que ella fuera solo mía y de nadie más.
— ¿Quieres que te cuenta mi historia en esas carreras? —le pregunté inseguro mirando mi café.
— Si no te molesta hablar de ella ,para mi está bien —dijo comprensiva. Me dieron unas ganas de hacerle lo que quisiera, solo mira su rostro, es un ángel. Entonces llevala al baño y follala. Maldita subconciencia, no me refería a eso, quería que solo estuviera conmigo y que me ayudase a liberar éstos tormento que me acechan.
— Bien te la contare... —hablé decidido tomando aire, se acomodó viéndome directo a los ojos— ...pero aquí no —dije y ella gruñó provocando mi risa, vez me hacía reír con todo lo que hacía. Me sentí mal recordando las carreras y ella pudo hacerme sentir de otra manera en tan solo segundos, de eso hablaba. Si claro, pero admite que te la quieres follar, solo mira su cuerpo con ropa imaginate sin ella. Bueno si, pero no era solo eso. Mmmm. Cállate maldita subconciencia no ayudas en nada.
— Bien ¿entonces dónde ? —preguntó, yo me paré a su lado y le extendi la mano, ella la tomó y ambos sonreimos, dejé el dinero en la mesa y salimos del local, subimos a mi auto y comenzamos a conducir hacía mi lugar favorito, el muelle.
— ¿A donde me llevas niño misterioso? —preguntó mirándome y sonriendo, dios solo mira su maldita sonrisa solo provocaba que sonriera como idiota. Huuu hermano creo que te has enamorando. Puede ser. Sam por dios, dime ¿cómo el lider de una maldita pandilla sin piedad alguna puede enamorarse de la chica más inocente que piso New York? Para mi sonaba tentador. Pues déjame decirte que la vas a cagar siempre ¿sabes por que? Porque eres un idiota. Gracias subconciencia ,aprecio tu apoyo. No te apoyo porque ella es mucho para lo mierda que eres. Si, lo sabía pero aún así la quería conmigo y eso era todo. La harás sufrir ¿Por qué no vez el lado positivo de ésto? Soy feliz con ella, algo que no lo era durante siete malditos años. Que hay de los chicos ¿tus mejores amigos no cuentan?. Hablaba de una chica idiota ¿Sabes que te dijiste idiota a ti mismo verdad?Si, no soy estúpido. Yo creo que si. Cállate.
Llegamos al muelle sin decir nada, salimos del auto y Sarah sonrió al ver el agua, me quedé mirándola como un niño a un dulce, era hermosa lo admito pero tenía algo especial pero no sabía qué, ella me miró.— Niño acosador —me regaño y yo reí, caminamos por el pequeño puente de madera, nos sentamos en el borde y nos quedamos viendo el agua moverse y el sonido de las olas golpeando las grandes rocas— y bien niño acosador —dijo ella sonriendo y también yo. Que carajo me había hecho. Te ha enamorado. Cierra la boca. Después de reprochar a mi subconciencia me acosté en la madera al igual que ella, ambos mirábamos el cielo, el cuel estaba lleno de nubes blancas de diferentes tamaños.
— Pregunta lo que quieras —dije seriamente y ella apretó sus labios.
— ¿Sigues...corriendo? —preguntó nerviosa y yo solo miraba el cielo recordando todo.
— No —
— Ham...y...¿cuándo lo dejaste? —
— Hace ya varios años —dije sin interés mientras los malditos recuerdos me inundaron.
— ¿Por...qué? —dijo y me miró.
— Un accidente, en el cual casi muero, mis padres lo supieron y ya no volví —
— ¿A que edad empezaste con eso? —su voz sonó más disgustada.
— A los ocho —pues si, como dije esas malditas carreras arruinaron mi infancia, no fue mi culpa obsesionarme con ellas, solo tenía ocho años no sabía que corría muchos riesgos, solo pensaba en la adrenalina que me hacía sentir, era mi dosis, la forma de demostrarle a mis padres, que podía ser el mejor y lo sería.
Bueno toda esa mierda empezó con mi obsesión a los autos, mi padre se aseguró de tenerlos serca desde el día uno, mi habitación mis juguetes y la compañía, el lugar de mis sueños, mi padre me malcriaba en esos aspectos, asi que aproveché y le pedí que contratara a alguien para que me enseñase a conducir, y así fue, un piloto muy reconocido me enseñó, iba siempre después de la escuela a una pista reservada, mi madre pensaba que iba a divertirme con mis amigos, enrealidad si, Bob el piloto era mi más grande amigo, ambos compartiamos esa pasión por las carreras, hasta que murió en una de ellas, lo vi todo en vivo, su auto explotó en llamas. Por él empecé eso de las carreras ilegales, solo para demostrar lo que me enseñó y pues fui el mejor. Corrí durante dos años tal vez, cuando tuve el accidente no volví a correr, ya que mi madre sufrió mucho cuando supo lo que hacía por las noches cuando me escapaba, las enfermeras me dijeron que ella no se movió nunca de mi habitación en el hospital cuando estuve en coma, por casi un mes, lloró todas las noches.
Se deben estar preguntando por mi padre, pues creo que fue a verme un par de veces nada más, solo le importó su empresa, en lo que decían las noticias y diarios, aún recuerdo sus palabras Un verdadero piloto es inteligente, conoce los riesgo que tiene, jamás iría a arriesgar su vida por unos pobres diablos que tu llamas amigos. Sus palabras dolieron, pero entendí que tenía razón.Jamás me perdonare por haberme metido allí. Oye Sarah aún está frente a ti. Dejé de divagar en mis recuerdos y miré a Sarah.
— Eras solo un niño —dijo mirándome sorprendida.
— Ahora ya no lo soy —dije sensualmente a su oído, sentí como su cuerpo se estremeció provocándome una sonrisa. Rodeó los ojos y yo amplíe más mis labios. Ésto quiero para toda mi puta vida, a ella. Se sentó en canastita mirándome mientra yo seguía acostado en la gruesa madera— ¿sabes cómo me llamaban? —le pregunté sonriendo.
— ¿Niño corredor? —preguntó y yo sonreí como un completo imbécil enamorado.
— Turbo —conté y ella arrugo sus cejas.
— ¿Por qué turbo? —
— Hay una pelicula de un caracol que se vuelve corredor —dije levantándome para estar a su altura— pues me dicen así porque era pequeño pero veloz —dije recordando los momentos graciosos que pasé. Las modificaciones que le hicieron a mi auto para que llegase al acelerador y mi personalidad recta e independiente. Pero al volante era otra cosa y todo ese alago, solo subieron mi autoestima.
— Oh tiene más sentido—dijo y rió al igual que yo. Okey me volvió loco, paró de reir y me miró, me incline a ella tomandola de su mandibula y la besé. Santa Maria ese era uno de los mejores besos que le había dado. Que romántico. Gracias. Dejé de lado a mi subconciencia y me concentre en el beso el cual era lento y apasionado, colocó sus manos en mi pecho y aquella maravillosa electricidad recorrió mi cuerpo haciendo que la bese con más fuerza, mi corazón se aceleró al igual que mi respiración. Eso si era nuevo y ni siquiera te mostró las bubis. Me separé de ella por falta de aire y por lo que pensé.
— Aún no estoy segura pero te lo diré —dijo y nos miramos justo a los ojos, me tense un poco al ver sus hermosos ojos verdes— te quiero —sonrió timidamente. Okey ya la tienes tigre. Sonreí y la besé nuevamente. Aún no estaba segura pero haré que lo éste. Pero yo tampoco estaba seguro o tal vez si. Vamos Sam dile que la quieres antes de que todo se vaya a la mierda.
Le hice caso a mi subconciencia y miré a Sarah a los ojos.— Sarah yo... —
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Mi Amor Peligroso
RomanceSiempre creí que el amor era algo sin importancia, que la vida no dependía de ello y que solo es imaginario, una mentira que te dicen y que solo dura un determinado tiempo, para mi lo importante es tu fuerza de voluntad, en salir adelante , poder en...