Donde tú vayas... iré [Visión Matt Cortez] I

Capítulo 1/75

"Una nueva amiga"

"-¡Matt! -Me gritó Esteban a lo lejos.

Alcé mi cabeza y, con un gesto con mi mano, él vino corriendo. Estrechamos manos y continuados jugando cerca de la fuente de mi madre.

Ella estaba sentada a la par de la ventana, sólo nos miraba con unos hermosos ojos azules y una cálida sonrisa.

Jugamos hasta que no dimos más.

Esteban se fue y caminé hacia mi amada madre.

-¿Pasó algo, hijo? -Me preguntó con la misma voz dulce de siempre.
-No, nada.

Nos miramos durante unos segundos, tomó mi cara desde mi mentón y su pulgar en mi mejilla. Pero su tos nos interrumpió. La miré con preocupación, lleva mucho tiempo con esa tos y aún no se le quita. Mi padre llega con unas pastillas para ella.

-Hijo, debo hablar con tu madre. Ve a tu cuarto.
-Pero...
-¡Ahora, Matt!
-Roger... -Le reprocha mi madre.

Subo corriendo las escaleras. A veces no entiendo por qué mi padre me trata así. Miro por la ventana hacia abajo. Están los dos conversando. Me preocupo mucho por ella. La mamá de Esteban está igual de mal que la mía. Ambas tosen, tienen menos cabello y están cada vez más débiles.

Ya es otro día. Madre y la tía fueron a comprar. Mientras tanto, Esteban y yo jugamos al lado de las rosas. Padre nos mira con el mismo gesto serio de siempre.

Pasan las horas y ellas aún no han llegado. Padre recibe una llamada:

-Sí, ¿Diga? Ajá, soy su esposo, Roger Cortez... ¿Q..., qué?... No, no puede ser. Iré de inmediato hacia allá.

Corta y se va corriendo. Con Esteban nos quedamos mirando atónitos.

Nuestras madres fallecieron. La madre de Esteban fue chocada quedando al borde del puente, y la mía, con la poca fuerza que le quedaba, intentó ayudarla a subir. Pero, tenía marcas en su cuello. Es probable que las personas lo hicieran a propósito. ¿Quién les deseó ese mal a esas personas tan amables? ¿Quién...? ¿QUIÉN?"

-Matt..., ¿me estás escuchando? -Me preguntó padre con una ceja levantada.
-No, lo siento, estaba pensando en..., olvídalo. ¿Qué decías?
-Deja de pensar en fantasías, Matt. Preocúpate del trabajo y los estudios. Son más importantes que los juegos.
-Sí, padre...

Tengo 11 años y ya tengo trabajo. Dejamos la vieja casa hace años, ahora padre está construyendo un tipo de mansión. Cuando yo llegue a ser un empresario importante, será un Hotel.

Tengo varios nombres escritos para él. "Hotel Matt Cortez" realmente no sé.

Ya llevamos varios días en la playa, creo que desde el 23 de Febrero, pero hoy nos vamos. Según la adivina de la familia, mañana ocurrirá algo, un sismo muy fuerte.

-Matt, te dejo. Te estoy viendo a través de las cámaras. Esteban está en su departamento, por si quieres ir. Adiós hijo.
-Adiós padre.

Se va.

Camino por el pasto y siento que alguien me observa. Miro hacia arriba y es una niña.

-Hola.
-Hola, ¿llegaste recién? –Pregunté sonriente.
-Sí... ¿Y tú?
-Hace unos días, pero me voy a ir hoy porque en el tiempo dicen que va a haber una elevación en la marea. Por cierto, me llamo Matt, ¿y tú?
-Roth.
-Mi mamá se llamaba "Ruth", qué coincidencia.
-Sí, y ¿te vas AHORA?
-No, pero como a las 5 tengo que ir al departamento para que a las 6 nos vayamos. ¿Te gustaría venir aquí?
-¿Para qué?
-Hablar cómodamente. ¿Te interesa?
-Sí, deja avisar que estaremos allí... Ya regreso.

La veo desaparecer del balcón.

Procedo a sentarme mientras la espero. Arranco un pedazo de césped y comienzo a jugar con él, pero ella aparece así que lo tiro.

-Hola, ven... -le señalé junto a mí mano.
-Voy.

Se sienta a mi lado y se queda callada...

-¿En qué estás pensando? –interrumpí curioso. Me emociona poder conocer a alguien más que Esteban.
-Ah..., eh..., nada –dijo balbuceando.
-Vale. Oye, ¿cuántos años tienes?
-Nueve, cumplo los diez este año. ¿Y tú?
-Diez, también cumpliré este año. -la miré ladeando mi cabeza -.Soy mayor que tú.
-Estoy aburrida. ¿Qué podemos hacer aquí?
-Aquí nada interesante, pero en la playa sí. ¿Vamos?
-No puedo. Mi mamá me dijo aquí solamente.
-Qué mala suerte. ¿Vayamos con mi padre?
-No lo sé –duda –. Mi mamá es algo sobre protectora.
-Vamos por favor. No quiero aburrirme más de lo que ya estoy. ¿Por qué no vas y le preguntas si puedes venir conmigo a la playa? Y si dice con quién más, le dices que con mi padre. Así vamos a la playa y jugamos los 2. ¿Qué te parece?
-Eh, bueno, le preguntaré. Ya regreso.

Se levantó y fue en dirección al departamento.

He pasado todos estos días con Esteban. Quiero conocer a más personas, estoy seguro que con Roth nos llevaremos bien.

La veo volver con una sonrisa después de unos minutos.

-¿Y...? -Digo
-Dijo que sí, vamos.
-Genial, avancemos rápido a decirle a mi padre.
-Okay.

Íbamos caminando y me percaté que Roth miraba como yo caminaba.

Mi padre me corrigió la postura desde que tengo 4 años.

Le hago detenerse porque ya habíamos llegado al departamento.

-Llegamos al departamento... -dije.

La miro y ella está con los ojos abiertos como platos. A mi padre le gustan las cosas llamativas. Es algo..., egocéntrico.

-Es arrendado por mi padre -dice -. Es más, al parecer lo va a comprar, pero le dije que no, porque la adivina de la familia dijo que no iba a valer la pena.
-Yo diría que sí, éste lugar es muy genial.
-Yo también dije eso, pero luego me contó lo que podía suceder y convencí a mi padre de que no lo comprara.
-Y según tu adivina, ¿qué sucedería? –Preguntó preocupada.
-Un temblor muy fuerte...
-¿Temblor?
-Sí, nunca he sentido uno pero al decir que es fuerte, me da nervios.
-A mí igual.
-Hijo, ¿necesitas algo? –Dijo mi padre vestido como siempre; de traje.
-Hola, sí, ¿nos llevarías a la playa por favor?
-Está bien, pero a las 5 nos volvemos hacia acá. Vamos.

Comenzamos a caminar en dirección a la playa. Mi padre es algo duro, severo y alto, al parecer intimida a Roth.

Pasaron las horas volando, ahora son las 5:04.

-Matt, hora de irnos -dijo mi padre serio.
-Sí señor. Roth, tenemos que irnos, te voy a dejar a tu departamento y ahí aprovecho de despedirme de ti.
-Okay.

Mientas caminábamos en dirección a su departamento, íbamos jugando.

Hemos llegado.

-Bueno, aquí estamos. Cuídate, no quiero que esta sea la última vez que te vea -se acerca y me da un beso en la mejilla.
-También espero eso. Adiós, Matt.

Cerró la puerta...