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- ¿Por qué no nos habías dicho que salías con alguien?- preguntó mi madre.

Porque no salgo con nadie realmente...

- No encontré la ocasión- procedí a tocar el timbre de la casa y mientras esperaba rezaba para que mis padres no me hicieran pasar vergüenzas. De nuevo.

Se escuchó un alboroto dentro de la casa, pasos a toda velocidad dirigiéndose a la puerta y un golpe. Alex abrió la puerta agitado.

- Lo siento, tuve que luchar con mi madre para que no abriera primero- dijo mirándome a mi y mis padres, a estos últimos les sonrió- un gusto conocerlos, soy Alexander.

- El nombre me es bastante familiar por alguna razón- mi papá lucía pensativo mientras estrechaba la mano de mi supuesto novio. Mi madre lo saludó efusivamente y lo abrazó; Alex les dijo que entraran a la casa y yo me quedé a esperarlo para que cerrara la puerta.

- ¿Tacleaste a tu propia madre?- me acerqué a él y le susurré al oído.

- No, sólo se resbaló.

Después de eso los cuatro nos dirigimos a la sala de estar, en los sillones se encontraban los padres de Alex, su tío, dos hombres mayores que suponía eran gemelos y una mujer que aparentaba la misma edad de estos últimos.

- Un gusto conocerlos al fin...- comenzó a decir Ethan el padre de Alex, pero se detuvo al ver a mi papá.

Lo miró incrédulo durante varios segundos- ¡¿Sean?!- exclamó horrorizado.

- ¡Con razón el nombre del chico me parecía familiar!- mi padre lucía bastante feliz, luego se dirigió hacia Anne para abrazarla - Tu esposo sigue igual que siempre, por lo que veo.

- Quita tus manos de mi esposa- advirtió Ethan.

Todo por una galletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora