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Estaba en medio de una cita con Alex. Fuimos al cine por una película que él quería ver y después iríamos a una librería para admirar libros que nunca podría tener.

Pero la vida era bella.

-... Entonces la trama no tenía sentido alguno y el final fue muy estúpido, ¿tú que opinas?- le conté a Alex mi opinión acerca de lo que vimos mientras caminábamos por la plaza, caminábamos uno junto al otro, pero sin tomarnos de la mano.

- Ay, no sé. Yo sólo te veía a ti- contestó él. Detuve mis pasos en el acto y Alex me imitó extrañado - ¿qué?

- ¿Pagaste dinero para ir a ver la película más esperada del año, y al final gastaste más de dos horas mirándome en la penumbra? Es algo ridículo.

- Maldita sea mujer- se quejó- gasté todo el día de ayer buscando frases cursis de tumblr para decirte y me sales con esto. Luego por que la gente dice que el romanticismo ya no existe.

- Creo que puedes hacerlo mejor que eso- de pronto, sentí un escalofrío; miré en todas las direcciones buscando la fuente del mal.

- ¡Alex, cariño! Que sorpresa verte aquí- una rubia de acercó a nosotros sonriendo ridículamente. Así que me pegué a Alex para tomar su mano, este miró nuestras manos unidas y después mi rostro alzando una ceja de forma interrogativa. Sólo me encogí de hombros - Oh, vaya. No te vi, Olive.

Por supuesto que no.

- ¿Y tú quien eras?- le pregunté indiferente. Su sonrisa estúpida vaciló por un instante pero se recobró.

- Tontita, soy Larissa. Nos conocimos la semana pasada.

- Oh, Tontissa. Lo siento, probablemente fue tan poco relevante para mi que te olvidé por completo- me apoyé en Alex que lucía un poco incómodo pero con ganas de reírse.

- Es Larissa- corrigió ella.

- Salud.

- ¡Bueno!- Alex exclamó llamando la atención de las dos, un poco más y alguien saldría herido- Muy agradable y todo pero Oli y yo tenemos que ir a comprar algo. Nos veremos, algún día.

- ¿A dónde van? Tal vez yo los pueda acompañar.

- A una librería, Oli quería ver libros y yo quería comprarselos- me tomó por los hombros y me fue empujando levemente para que avanzara.

- ¡A mi me gustan los libros!- intentó ella.

- Tal vez otro día.

- No se admiten animales en la tienda, Perrissa- hablé al mismo tiempo que Alex, volví a unir nuestras manos y fue mi turno de jalarlo a él para que apurara el paso - ¡Vete por  la sombra, porque si te vas por donde te da el sol, apestas!- le grité por última vez.

- Eres mala, Oli- me dijo Alex riendo - Oye, vamos por ese libro tuyo.

- ¿Me lo darás en serio?

- Un agradecimiento por sacarme a Larissa de encima- bueno, aparentemente él no era tan ingenuo.

- ¡Lo sabías!- lo golpeé levemente en el hombro.

-  Teniendo a mujeres como Gina y mi madre en mi vida, es imposible que no hubiera adivinado sus intenciones. En realidad, ella ya llevaba un tiempo así, y yo sabía que la única manera en la que ella me dejaría en paz sería que tu la conocieras; eres bastante intimidante y cruel cuando quieres. El que te pusieras celosa fue un plus.

-  ¿Me estás diciendo que no me tengo que preocupar por ella?

- Exactamente, pero oye, ella fue mi mejor amiga en mi infancia, quitando su último comportamiento no es tan mala persona. Bueno, si lo es un poco, pero sigue siendo mi segunda mejor amiga- nos fuimos acercando a la librería.

- ¿Quién es la primera?- consideraba lanzarme por una ventana si hubiera alguien más por quien me tuviera que preocupar.

- Pues tú.

- ¿Yo no era tu supuesta novia?

- ¿Y qué no puedes ser mi mejor amiga también?- preguntó antes de entrar a la tienda.

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Son dos capítulos seguidos, pidan un deseo.

Todo por una galletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora