Castigo y felicidad
Abuso
Terry y Candy llegaron felices de haber estado toda la noche separados del mundo, pero felices de la noche que pasaron uno en compañía del otro, habían sido los segundos más hermosos del mundo, que más por decir había miles de esos; apenas llegaron a la Villa y ordenaron su desayuno, Dorothy lo llevó y a ese par se le veía más enamorados que nada.
- Candy aquí está el desayuno – le dijo Dorothy poniendo la charola en la mesa.
- Gracias Dorothy y ¿cómo ha estado todo por aquí? – refirió la rubia.
- Pues no mejor que ustedes, me supongo – sonrió brevemente al ver el sonrojo de Terry.
- ¿Mi papá? – preguntó al ver a su compungido novio.
- Bueno este... no sé... - trató de cambiar el tema.
- Dorothy, mejor inventa otra cosa porque no te quedan las mentiras... - simplemente le dijo sin más.
- ¿Mentiras? – cuestionó.
- Sí mentiras, mi papá no llegó a dormir ¿verdad? – sonrió ante el rostro pálido de Dorothy.
- ¿Cómo sabe? – se sorprendió un tanto.
- Pues no lo sabía, pero gracias por confirmarlo – soltó una carcajada.
- ¿Cómo que no llegó a dormir? Mi madre... - cuestionó sorprendido pensando en las locuras de su madre, comportándose como una quinceañera.
- Y mi padre, hasta que por fin – sonrió ella en son de victoria.
- ¿Cómo? Te parece bien eso que hace tu papá – se encontraba ligeramente enfurruñado por su actitud hacia el que aquellos dos se hubieran desaparecidos juntos.
- ¡Ay Terry! ¡Por favor a estas alturas! – le dio unos golpecitos en el rostro.
- Bueno, comprende, es difícil – le dijo mirando a otro lado.
- Pero tú ya no eres un chiquillo, no recuerdas que tuviste la misma suerte pero la rechazaste – le recordó el suceso de la noche anterior.
- ¡Eh...no espera! Eso es una mentira – alegó él levantándose para ir detrás de ella.
- Pues bueno, nuestros padres ya son bastante mayorcitos para saber que hacen y que no, ¿no te parece? – le dijo mientras caminaba hacia la mesa de los postres.
- Sí, lo sé – dijo por vencido.
- Deberías alegrarte, quién lo iba a decir, Dorothy tráenos champagne hay que brindar por ellos – pidió alegre.
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La dama del retrato
RomanceESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME Él se ha quedado prendado de un retrato en una exposición en el Museo Metropolitano, la belle...