ESTA HISTORIA COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL SON DE MI TOTAL AUTORIA, NO DE DOMINIO PUBLICO COMO ESTA ESTIPULADO, SI HAY ALGUNA DUDA, PUEDEN CONTACTARME
Él se ha quedado prendado de un retrato en una exposición en el Museo Metropolitano, la belle...
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Discusiones
Ya en la sala de té, se encontraban sentados todos los periodistas, Albert, Candice y Henriette comenzaban con las preguntas.
- Se le ha visto en compañía de Patricia O'Brien en el campus de la Universidad en Londres, ¿qué estudia? – le cuestionó una periodista estrella.
- Administración de empresas – contestó mirando a su padre de reojo.
- Pero ¡cómo esta en la universidad? Sí no hay ningún archivo de los otros colegios – preguntó otro contrariado.
- Sencillo señor, estudié siempre en casa. Tuve varios tutores y además aprendí arquería que desde el siglo pasado y antepasado se considera muy femenino y esgrima en el cual soy buena alumna – respondió orgullosa.
- No le molesta que le dijeran que era "amiga" de William Andley – le cuestionó insinuante.
- Tanto usted sabe como yo, que las personas tienden a cotillear en nuestros círculos cuando no conocen la verdad de las situaciones, así que es mejor no hacer caso de ello – soltó sin más.
- Buena contestación mi lady, hablemos de su madre. Sus padres debieron ser muy jóvenes entonces para tener a tan bella hija de veintiún años – preguntó cizañoso.
- Si mis padres eran muy jóvenes, pero la ventaja es que tengo un padre demasiado atractivo aún y no todas pueden decir lo mismo – respondió sonriendo.
- Jajajaja. Señor William, usted tiene una hija muy ocurrente – dijo el reportero.
- Lo bastante para manejar cualquier situación. Pero yo puedo ayudarles, mi querida Joe fue una madre muy valiente y dio la vida de mi hija a cambio de la suya – respondió triste el rubio, siendo su hija la que le abrazó al escuchar eso.
- No teme la reacción de la matriarca de la familia ante esta noticia – tenía que llegar esa pregunta.
- Temerle a mi tía no, pero sé que no será fácil para nadie de mi familia – respondió tomándose la barbilla con el índice y el pulgar.
- Bueno caballeros, esperemos que con el tiempo ellos den más información por el momento regresemos a la reunión – pidió Henriette.
- Todo estará bien princesa, salió muy bien – le dijo tomándola de los brazos.
- Si papá, ya no tendrás que esconderme más – respondió ella aliviada.
- No ya no, sabes que te amo mucho hija, además allá hay alguien que te espera. Te dejo con él – le respondió señalando a Terrence que se había quedado a una distancia prudente.
- Si papá, gracias – respondió ella sonrojada.
- Albert yo...lo siento, no sabía que ella era tu hija...- se acercó Terrence.