ToZ - ¿Un serafin y una humana?

Capítulo 6: Buenos días, Dezel

Abrí los ojos y me di cuenta que ya era de día, no me podía mover con libertad porque sentía que alguien me abrazaba, recordé que dormí junto a Dezel debido a que bebió poco pero parecía que bebió un barril completo, a decir verdad, aún no me quería levantar, sentía todo tan cálido y podía sentir su respiración, quería ver su rostro pero me daba miedo despertarlo, igual moví lentamente mi cabeza y pude verlo, se miraba tan tranquilo y delicado, era tan hermoso, decidí voltear todo mi cuerpo  estábamos de frente, quería besar sus labios que se miraban suaves pero no me atreví, en ese momento se fue despertando y abrió sus ojos plateados, parecía que todavía tenía sueño.

—Buenos días, Dezel.— Hablé con una voz suave.

—Buenos dí-— en ese momento dejó de hablar, siguió viéndome y comenzó a parpadear rápido, se espantó y se levantó de golpe. —¡¿Qué demonios?!

Se bajó de la cama y siguió viéndome espantado, su cara estaba totalmente roja, yo me levanté un poco de la cama.

—Estabas bajo los efectos del alcohol, no podía dejar que durmieras en el suelo.

—¡¿Estaba borracho?!

—Sí.

—¡¿Y tu?!

—Sobria.

—¡Dime que sólo dormimos! ¡Dime que no pasó a mayores!

—Te quedaste dormido.

Dezel dio un gran suspiro de alivio.

—Que susto...

Yo me levanté de cama, miré que Dezel agarró su chaqueta y su sombrero para luego ponérselos, yo fuí al baño para darme una ducha, duré buen rato en la tina pensando en lo que pasó anoche, Dezel diciéndome que me quería, toda esa ilusión terminó cuando Dezel se alteró de esa forma, fue bueno mientras duró; terminé mi ducha y salí del baño, él seguía en la habitación y se me quedó viendo -No sé porqué sigo diciendo que me estaba viendo, es ciego y lee el viento-.

—Rose, dime, ¿qué hice?

Me daba vergüenza decirle lo de anoche, pero pensé en no decirle todo.

—Le dijiste "marica" a Mikleo por quitarle las propiedades del alcohol a su bebida y estabas terco diciendo que no estabas borracho... y no podías estar de pie.

—Ya veo... no quería que me vieras de esa forma.

—No hay problema, y dejé que durmieras en la cama porque no podía dejarte dormir en el suelo, debiste agradecerme en lugar de gritar.

—Lo siento, estaba asustado de haber hecho algo indebido.

—¿Cómo qué?

—No pienso decirlo...

Decidí ignorar eso, salí de la habitación para dar un paseo y tomar algo de aire.

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—Chicos, les recuerdo que falta una semana para la fiesta.

Estábamos en el jardín de la casa de Alisha, ella estaba muy emocionada porque se acercaba la fecha de la fiesta.

—No te preocupes Alisha,— Habló Sorey. —iremos sin falta.

—También mandé a hacer sus trajes.

—Oh, gracias Alisha.

—El traje te quedará bien, y el vestido de Rose será hermoso,— Volteó a ver a los serafines. —no se preocupen, ustedes también tendrán un traje.

—¿En serio?— Preguntó Mikleo. —Pero nadie nos podrá ver.

—Pero yo si los puedo ver, se verían tan bien, yo elegí los colores y estilos.

—Confiamos en ti Alisha.— Dijo Lailah toda feliz, desde un principio estaba de acuerdo en ir a la fiesta.

—Entonces,— Hablé. —¿cómo será mi vestido?

—Es una sorpresa, verán sus trajes el día de la fiesta.

—Será raro usar un vestido, espero que realmente me quede bien.

—Se te verá bien.— Dezel habló, yo me sonrojé al escuchar sus palabras, volteé a verlo y sólo ocultó su rostro con su sombrero, Lailah nos miró mientras sus ojos brillaban.

—Rose, desde hace un tiempo tengo una pregunta, ¿ustedes son pareja?

—¡No lo somos!

Gritó Dezel a Alisha sin que yo pudiera decir algo, de alguna forma me hizo sentir mal que lo gritara enojado.

—Lo-Lo siento, se llevan tan bien que pensé que lo eran, lo siento.

—No te disculpes Alisha,— me acerqué a ella —solo fue una simple duda, cuando uno quiere hacerle una pregunta a Dezel termina gritando, o escupiendo en la cara de quien pregunta.— Me le quedé viendo con enojo a Dezel.

—Supera eso mujer, esa pregunta no tenía nada que ver.

—Era simple curiosidad.

Todos estaban confundidos excepto Mikleo, Edna se acercó a Dezel y lo picó con la punta de su paraguas en la espalda.

—Cállate, o lo arruinarás.

—¡Dejame! Eres una molestia.

—Seré una molestia pero se perfectamente que te gustaría que fuera cierto lo de la pregunta.

—¡Cállate!

—Vamos, no se peleen.— Lailah de acercó para detenerlos.

—¿Yo causé esto?— Preguntó Alisha algo triste por lo que la vi a los ojos y le contesté.

—No te culpes, Dezel siempre ha sido un amargado, pero aunque sea así, es muy preciado para mi.

—Ya veo, entonces él te...— Yo sólo asentí y Alisha se emocionó. —No te preocupes, haré que te mires preciosa en la fiesta.

—No digas eso, lo único que pido es que sea divertida.

—¡Sí!

Mientras Dezel y Edna seguían peleando, los demás pasamos el resto de la tarde hablando con Alisha, cuando se hizo de noche nos fuimos de su casa y regresamos a la posada, cada quien se fue a su propia habitación, cuando ya estaba lista para dormir vi que Dezel estaba en el suelo, seguía sin querer dormir en la cama a pesar de lo que pasó días anteriores, pero mejor no dije nada, me acosté y de repente se levantó del suelo.

—¿Ocurre algo?— Le pregunté mientras bostezaba.

—Rose, espero que no me odies.

—¿De qué hablas? No te odio ni nada por el estilo.

—Pero suelo enojarme mucho y gritar.

—¿Y? Creeme que me agradas más de lo que puedas imaginar, si te odiara no me hubiera preocupado por ti cuando te fuiste por un buen rato o no te hubiera ayudado cuando estabas borracho.

—Me alegro.

Dezel se acostó en la parte vacía de la cama y me sorprendí.

—¿D-Dezel?

—Comenzaré a dormir aquí, ya me cansé del suelo.

Esto me ponía más nerviosa aún, la otra vez estaba borracho por lo que no fue tan raro que quisiera que durmieramos juntos, pero ahora está normal.

—D-de acuerdo, pero no hagas cosas raras.

—¿Qué demonios estás pensando mujer?

—N-nada, y deja de decirme mujer, tengo nombre y ya sabes cual es.— Escuché una pequeña risa de su parte. —¿Sabes? Ya te gané, te estás divirtiendo aquí.

—Desde hace tiempo me ganaste, pero no olvides lo que debemos hacer.

—Buscar al señor de la calamidad.

—Si, por eso cuando salgamos de la ciudad debemos buscar pistas sobre dónde podría estar.

—Lo sé, pero ahora tengo sueño.

Bostecé un poco y comencé a cerrar los ojos hasta quedar completamente dormida.