Capítulo 14: No te obligaré a que me digas

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Era de mañana, me fuí levantando de mi cama mientras sentía un poco de dolor, la noche anterior preocupé a Rose al momento de querer realizar mi venganza, de hecho durante un segundo pensé en usar a Rose pero recordé el sueño donde le había dicho a la maldita que no la usaría para matarla; el viento me dijo que Rose iba caminando hacia la puerta y la abrió.

—Dezel, veo que te encuentras mejor.

Cerró la puerta y se acercó a donde yo estaba.

—Rose...— Tragué un poco de saliva, después de lo ocurrido ella debe de querer una explicación, mi plan era contarle todo algún día, pero no me sentía listo para revelarle mi pasado.

—No vuelvas a hacer una locura, ¿de acuerdo?

Ella simplemente se veía feliz, como si no hubiera pasado nada anoche, realmente es una mujer hermosa.

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas? Hay que olvidar lo que pasó, todos están ya despiertos y Zaveid nos quiere decir algo.

—¿No vas a preguntar nada?

—¿Eh?

Rose quedó confundida, me levanté por completo y quedé frente a ella, de alguna forma me daba miedo.

—No necesitas fingir, sé que quieres saber lo de mi venganza y todo lo que dijo Symonne.

Oculté un poco más mi rostro con el sombrero, no sabía como pude decirle eso a Rose, tenía miedo de decirle todo y que me dejara de querer, pero ella merece saberlo todo.

—Te diré algo,— En ese momento me abrazó. —no te obligaré a que me cuentes, es mejor que pienses en ello y cuando te sientas listo me puedes decir todo lo que debas decirme, aunque admito que me da algo de curiosidad, pero esperaré a que estés mejor.

Las palabras de Rose me calmaron y decidí corresponder su abrazo, realmente es hermosa.

—Gracias.

—Ahora vayamos con Zaveid.

Rose dejó de abrazarme y no pude evitar sentirme un poco molesto.

—No tengo ganas de ver a ese idiota.

—Tenemos que ir.

Rose me jaló del brazo para comenzar a caminar, sabía perfectamente que me iba a llevar con Zaveid, no tuve opción más que dejar que me llevara mientras suspiraba, escuché un poco su risa y no pude evitar sonreír; salimos de la posada y todos estaban ahí.

—¡Hola!— El imbécil me habló.

—No trates de ser amigable conmigo.

—Wow, no has aprendido a respetar a tus mayores.

—Maldito anciano.

—Pero soy un anciano fabuloso.

Ese idiota hizo que el viento moviera su cabello, tenía ganas de darle un buen golpe en la cara para que quitara su estúpida sonrisa.

—¿De qué querías hablar Zaveid?— Lailah parecía algo sería al hablarle al idiota.

—Antes de decirlo, pastor, ¿me lo puedes regresar?

Sorey se acordó y sacó la pistola Siegfried, se acercó al idiota y se lo entregó en la mano.

—No lo usé.

—Gracias de cuidar de mi compañera.— Le dio una sonrisa estúpida y guardó la pistola. —Ahora lo que les quería decir, los quiero acompañar.

No podía creer lo que decía, ¡¿acompañarnos?! ¡Sobre mi cadáver! No podía soportar ver al idiota pocas veces, ¡¿ahora tendría que verlo todos los días?! Mientras estaba hundido en mis pensamientos, los demás sólo se limitaron a sorprenderse.

—¿Por qué nos quieres acompañar?— Lailah seguía seria.

—Tenemos un objetivo en común, Maotelus.

Ella se sorprendió y se deprimió un poco.

—¿Qué tiene que ver Maotelus?— Habló Mikleo mientras cruzaba sus brazos.

De ahí en adelante fue el idiota explicando la función de Maotelus y que posiblemente Heldalf tiene que ver con  ello.

—¿Y bien?— Se recargó en el hombro de Lailah y la incomodó.

—No puedo hacer un contrato contigo, Dezel está con nosotros y Sorey no podría soportar más serafines.

En ese momento me sentí muy feliz, así el idiota no nos molestaría, de hecho Rose se dio cuenta y se me quedó viendo.

—No importa que no hagas el contrato, realmente me interesa Maotelus, no mataré ningún infernal, pero puedo ayudar un poco en la pelea y el pastor se encarga de purificar.

—¡No!— Finalmente hablé.

—Eso depende de Lailah y el pastor, no de ti.

De acuerdo, la poca paciencia que tenía la perdí con esas palabras, en cuanto saqué mi arma Rose me agarró de los brazos.

—¡No trates de iniciar una pelea con Zaveid!

Me calmé un poco pero igual estaba preparado para atacarlo.

—Dezel,— Sorey me habló. —sé que no te llevas bien con Zaveid, pero lo que dice es muy importante, necesitamos su ayuda.

No pude evitar enojarme, el idiota simplemente se me quedó viendo, entonces le puse mi sombrero a Rose y la agarré de brazo para acercarla hacia mí y la abracé.

—¡Rose es mía!

—No te voy a robar a tu novia, ya tengo a Lailah y Edna.

Lailah quitó su hombro y el idiota perdió un poco el equilibrio, entonces la mocosa le pegó con su paraguas en la cabeza.

—¿Acaso quieres morir?— Edna lo miró de una forma desafiante.

—Era broma, era broma.

—Bueno Zaveid,— habló Sorey con su risa estúpida. —bienvenido.

—Dezel,— Habló Rose. —¿Ya me puedes soltar? Creo que Zaveid entendió completamente tu amenaza.

—Eso espero.

Dejé de abrazar a Rose pero dejé que se quedará con el sombrero.

—No les causaré problemas, ¿a donde vamos ahora?

—Vamos a la cuenca de Glaivend.— Le contestó Rose.

—Me parece perfecto.

El resto del día fue ir caminando mientras ese tipo trataba de conquistar a Lailah, al menos Mikleo y Edna apoyan mi idea, Zaveid es un idiota, Mikleo a cada rato golpeaba su propia cara con su palma de la mano derecha y Edna lo golpeaba con su paraguas, de esa forma aprendería a dejar de ser tan idiota, lo único que esperaba es que no arruinara mis días junto a Rose, ella era la que me calmaba cada vez que estaba a punto de explotar mi ira.

Sabía que pronto le contaría lo de mi venganza, así que fuí preparando las palabras correctas porque me había decidido a contarle lo más pronto posible.

ToZ - ¿Un serafin y una humana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora